Diego Tiseira presenta «Casas que flotan», una novela que navega entre la memoria y la ficción

El periodista trenquelauquense Diego Tiseira acaba de publicar su primera novela titulada “Casas que flotan” una combinación de ficción y memoria para reescribir el pasado desde el punto de vista de un niño tomando como punto de partida las traumáticas inundaciones de nuestro pueblo en la década del 80. Si…

El periodista trenquelauquense Diego Tiseira acaba de publicar su primera novela titulada “Casas que flotan” una combinación de ficción y memoria para reescribir el pasado desde el punto de vista de un niño tomando como punto de partida las traumáticas inundaciones de nuestro pueblo en la década del 80.
Si bien todo escritor traslada a sus obras parte de su experiencia de vida, Tiseria se encarga de aclarar y subrayar que su opera prima no pertenece al género de “autoficción o escrituras del yo”. Casas que flotan, dice, también es aplicable a cualquier pueblo de nuestro país en el que un fenómeno climático cambia todo y deja una marca profunda en las vidas de las personas.
El libro fue editado por la editorial Caburé y se vende como pan caliente en los primeros días en Trenque Lauquen. La ilustración de es Josefina Capelle.
“Aunque es una frase hecha lo primero que tengo que hacer es agradecer” dice el autor y destaca a su hermano Javier (único nombre asociado a la realidad en el libro) y a Juan Gatti me ayudan con la gráfica, con la difusión, con las ideas de portada, con todo”.
-¿Y cómo surgen vos a hacer una novela?
-No tenía ninguna intención de publicar ningún libro, hice un taller de narrativa con Julia Coria en la pandemia cuando tenía tiempo, me gustó muchísimo fue un taller muy exigente que te obligaba a producir. La primera consigna fue hacer un relato o un cuento con algo que nos haya quedado de nuestra vida. que podía ser un trauma, una cosa sin resolver, un recuerdo lindo, feo, lo que sea, pero que no había salido, que estaba ahí como latente y escribí un primer cuento que se trataba de dos hermanos, de dos chicos que en el marco de una inundación se ponían a jugar y festejaban este fenómeno climático en secreto porque el mundo adulto estaba devastado, angustiado.
Esa idea inicial se transformó en el libro. Las devoluciones obtenidas en el Taller y en su entorno inmediato lo empujaron a desarrollarlo “sólo había hecho relatos cortos y no tenía la disciplina de sentarme y continuar la historia”.
“Cuando inicié el segundo capítulo no pensaba aún en la novela, como veo que el tono del personaje era bueno, y las miradas en el taller me ayudaban a entender que la continuidad era buena”.
Recientemente la escritora Julia Coria lo mencionó a Diego Tiseira durante una entrevista con el diario Tiempo Argentino como uno de los escritores emergentes del género, pero él aclara que el libro “no es autobiográfico, ni pertenece a la literatura del yo. Parto desde una historia personal para crear literatura, que se puede denominar autoficción en mi caso no respeto nombres, ni tiempos, ni nada. La novela es ficción, no es un retrato de mi familia, no es un retrato de la calle Uruguay pero hay componentes que son disparadores, yo parto de esos fogonazos que hay en la memoria”.
Diego creció junto a su familia en el sector oeste de la ciudad, quizás uno de los más castigados en la trama urbana en la década del 80 por el fenómeno de la inundación, y sufrió la evacuación de su hogar durante algunos días cuando era un niño
“Lo que tiene la inundación es que genera un trauma que no se puede solucionar, siempre vas a ver una lluvia como algo no amigable, mirar al cielo, no olvidarte objetos en el piso, dejar las cosas arriba por las dudas”.
-¿Cómo estás viviendo las devoluciones de la gente de Trenque Lauquen del libro?
-Aunque me da un poco de vergüenza me gusta las devoluciones que recibo. Para mi es muy importante que alguien diga que lo hizo llorar o reír, cuando escribís no pensás en cómo afectará al lector.
En otro fragmento de la entrevista destacó el movimiento literario de Trenque Lauquen. “La lectura es importante porque mucha gente lee y cuando te enganchas a leer te dan ganas de escribir” y mencionó a German Cifre y Andreina Dambruoso “ganadores de concursos” que también colaboraron con una mirada sobre su obra que le aportaron miradas y correcciones “muy valiosas y son cosas que te empujan en momentos de incertidumbre”.
A Tiseira no le gusta que lo nombren escritor, porque quiere que le digan periodista. También tiene recelo a las acciones que tiene que emprender por delante como presentaciones, fotos, firmas y lecturas, rituales que todo “escritor” debe cumplir cuando su trabajo está en la calle. Ya tiene prevista una presentación en Beruti y aún el casillero está en blanco para Trenque Lauquen. Mientras sigue trabajando en dos proyectos nuevos “también con atmosfera pueblerina y con humor” dice y aclara que no sabe si habrá una segunda novela. Le pone suspenso a su futuro inmediato, como todo buen escritor.

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