El “Blaqui” Flores, un artista inquieto que ya vivió varias vidas

El “Blaqui” Flores, un artista inquieto que ya vivió varias vidas

Aunque Fernando “Blaqui” Flores Cornejo tiene poco más de 50 años, parece haber vivido ya varias vidas, al menos musicales. Las mismas fueron puesta

Aunque Fernando “Blaqui” Flores Cornejo tiene poco más de 50 años, parece haber vivido ya varias vidas, al menos musicales. Las mismas fueron puestas y sacadas como trajes a medida. Por eso, lo podemos recordar con sobretodo largo negro, la cara pintada y un estilo dark-soul ochentoso, o de punta en blanco en la última fila de un coro tirando los graves con su poderosa garanganta. O bien marcando el ritmo del 2 X 4 en la Orquesta de Tango o tocando un violín con sonidos de ensueño. ¿Quién es Blaqui Flores?
Entonces aclara: primero no es Blaqui sino “Black”, al menos así lo bautizaron a los 14 años porque tocaba la batería como Juan Carlos “Black” Amaya de Pappo’s Blues. Sí, la batería. Además de haber saltado de géneros musicales, también hizo lo propio con los instrumentos. Pasó del fondo del escenario y los palillos a la guitarra y el canto en escenarios de rock (hay alguna foto que se lo ve también tocando el bajo) y a esta edad toca viola y violín.
Para él la música no se arma con compartimentos estancos (como para nosotros) sino que todo es una continuidad. Los géneros músicales, cree, no son barreras infranqueables ni mundos opuestos y el camino de las distintas músicas es menos lineal del que solemos describir los demás. Entonces ahí se entiende que sólo tiene una vida, un traje, y no varios.
“Black”, que ahora es “Blaqui”, nació en Carlos Casares y llegó aquí a los 12 años por el divorcio de sus padres que, dice, tenían buen gusto por la música y sabían tocar instrumentos. Su interés por la música y por descubrir los mundos sonoros nuevos le había hecho conocer ya a The Beatles. Ya había comenzado a tocar guitarra por una viola abandonada en su casa, pero su desafío era la batería. “Yo tocaba la batería escuchando las canciones de Pappo, Riff, ACDC”.
VIDA 1: EL ROCK PUNK
Desde muy chico se enroló con el incipiente submundo roquero trenquelaquense. “Una vez conocí a Fredy Polenta que había viajado a Europa y tenía discos de David Bowie, Robert Fripp, The Who y otros músicos que aquí no se conocían, fue un despertar” recuerda en una entrevista con FM Tiempo 91.5 Mhz.
“Al poco tiempo hicimos una banda con Adrian Robles que se llamaba Danger Grup. Fredy era conocido de Luca Prodan y entonces me metió en el recital de Sumo (del que se cumplieron 40 años días pasados) y estuve todo el día en el club desde las 2 de la tarde, era una música muy distinta a la que conocíamos. A nosotros nos gustaba la movida Punk inglesa, con el look de pelo rapado y nos miraban raro en la ciudad”. En esa banda tocaba la batería.
-¿Por qué dejaste la batería y pasaste a la guitarra?
– Cuando terminás el recital, te vas a tomar un trago, a charlar y hacer sociales. El baterista está media hora más desarmando y ordenando todo, entonces dije esto no lo quiero (ríe).
La banda duró poco, pero se alistó con una agrupación nueva que se llamó Tercer Mundo. Siempre con la influencia punk, quizás uno de los estilos más sombríos del rock, y luego saltó a una banda que ya es más recordada: Indisciplina que integraba con su hermano Mauro Flores Cornejo, Fernando Arto, Luis Simoni y Rafael Campo. Eran épocas de “sacos largos, sobretodo oscuro, era la influencia de aquellos años”. Ya era guitarrista y cantante. Un dato bonus track: en Spotify hay disponible una canción de esta banda.
En aquellos años, dijo, Marcelo Arribillaga y Héctor Oso Sanchez que “tenían un programa de radio nos hacían esuchar The Ramones, Talking Head y otras bandas que no conocía nadie aquí. No teníamos al alcance de las manos lo que hay hoy”.
VIDA 2: EL CORO
Ya dijimos. Nuestro entrevistado nunca consideró a los géneros musicales como aguas separadas, por el contrario atribuyó esas fragmentaciones a una cuestión social o hasta de pedagogía musical. Un espacio que no le gusta habitar.
Terminada su etapa roquera (no tanto, ya lo veremos más tarde), volvió a nacer. Le dio vida a su etapa de corista.
“En los 90 ya había pasado por distintas bandas, tengo dos hijos y decido dejar de tocar un tiempo. Un día Juan Pablo Cadierno me vio y me dijo estoy armando un coro y me convocó”.
-Viniendo el punk ¿no tenías preconceptos con el coro?
-No, para nada, porque yo escuché mucha música Peter Hammill o Peter Gabriel, gente que surgió de un coro eclesiástico. El coro se llamaba Cantoría Trenque Lauquen y estuve muchos años. Tuve la suerte de encontrarme con gente importante y Cadierno fue uno de ellos. No lo vas a creer, pero la propuesta que me hizo Cadierno fue en un partido de fútbol, estábamos jugando en equipos distintos y en un momento nos quedamos charlando. (recuerda y ríe).
El coro “me llevó a escuchar música clásica. Luego fuimos a una gira europea, y me abrió mucho la cabeza el intercambio con coros de la Europa del Este que le dio vida a otro proyecto” anuncia. (La caída del muro y la disolución de Yugolavia hizo conocer una música hasta el momento desconocida por occidente).
-¿Cuál fue ese proyecto?
-A finales de los 90 con Adrian Robles armamos una banda plural se llamó Chacinados Pop, era un estilo balcánico, esto fue por la influencia de ese viaje en que conocí gente de Rusia, Croacia y Moldavia, mucha música regional con insturmentos muy interesantes eso me amplió el panorama. Así que otra vez a componer y construir letras. Nosotros venimos de una época en la que hacer cover era mala palabra. No había muchos instrumentos de viento en Trenque Lauquen por aquel entonces porque la Escuela de Música no estaba desarrollada, qué lindo hubiera sido si estuviera cuando yo tenia 12 años”.

VIDA 3: EL VIOLÍN Y LA ORQUESTA SINFÓNICA
“Blaqui” Flores destaca “la suerte de encontrarme con grandes maestros” entre ellos “Cadierno, el maestro Darío González en el Colegio Nacional y Daniel Virzi”.
“Cuando Cadierno se va a vivir a Tucumán viene Virzi. En el 2006 pasa un día Virzi por la peluquería y me dice que el coro no sigue porque la cantidad de personas no podíamos conseguir y me dijo que estaban armando una orquesta sinfónica y me pidió que me ponga a estudiar, que toque la viola que faltaba ese instrumento. Y entonces me puse a estudiar a los 40 años, siempre es mejor estudiar de chico la ventaja nuestra es que hicimos música toda la vida y entonces algunas cosas ya las tenes incorporadas”. Desde ese entonces integra la Orquesta Sinfónica y en la orquesta de Tango.
“A mi siempre me gustó el violín. Les voy a contar una historia: aquí había un personaje del pueblo que se llamaba Narcisco Cañete era una persona en situación de calle y que me habían dicho que era un gran músico y tocador del instrumento yo lo fui a ver cuando era chico a su casa que era como una tapera, él me dijo que ya no tocaba porque le había sacado el alma que es una parte clave del instrumento, `le saque el alma para no tocar más´ me dijo. Se ve que a él la vida no lo había tratado bien, me lo volví a encontra en un asilo de ancianos muchos años más tarde, ese fue el primer contacto con el instrumento que era un enigma”.
Es un apasionado de la música. Se jacta de haber visto a casi todas las mega estrellas internacionales que tocaron en la década del 90 en la Argentina en la época del 1 a 1, y de viajar a ver todas las bandas nacionales. “Sigo escuchando música y rock, estuve esuchando el recital de Divididos con La Renga que presentó una canción que se llama San Saltarin que tienen gaitas y no sé cuántos instrumentos más, donde tocan voy” también viaja mucho al norte del país donde tiene familiares y dice que se prende en las peñas folclóricas “no escucho folclore pero lo toco”, anuncia para aclarar que esto de las vidas aún no está terminado, y que escribe todos los días su biografia musical que ya es inacabable, algo así como nacer todos los días.