Fernando Andrades siempre ha tenido una pasión aventurera, inquieta, que lo lleva a desandar caminos, subir montañas, cruzar ríos. A los 59 años con
Fernando Andrades siempre ha tenido una pasión aventurera, inquieta, que lo lleva a desandar caminos, subir montañas, cruzar ríos. A los 59 años conquistó una de las metas más añoradas por los trotamundos: unir a la Argentina con Alaska. Lo hizo en 5 meses, en moto y este es su diario de motocicleta.
Entrevistado en FM Tiempo 91.-5 Mhz contó la experiencia de cruzar el continente, 13 países unos 50 mil kilómetros, ida y vuelta en 2 ruedas, sintiendo “toda la piel de América en su piel” como cantó Mercedes Sosa.
No es la primera vez que este vecino se embarca en una aventura. En el año 2007 en bicicleta unió, Ushuaia y la Quiaca en dos meses. También escala montañas, una de sus últimas expediciones fue a 6700 metros de altura al oeste de Salta en el volcán Llullaillaco, que es parte de la historia porque allí se encontraron las denominadas Momias Llullaillaco cuerpos conservados durante 500 años.
“Mi objetivo era unir Trenque Lauquen y Alaska en bicicleta” cuenta en la entrevista radial, pero el tiempo era demasiado y cambió de vehículo. Entonces se subió a su KTM 790 “es demasiada moto para mi pero es una buena moto para viajar”.
Partió el 10 de abril y regresó el 9 de septiembre. “Viajes de estos hay como personas lo hacen, cada uno lo hace a su manera, yo soy de parar poco, a veces paraba 2 o 3 días en una ciudad pero generalmente movía y andaba” otra de las particularidades es que viaja solo “me gusta tener mi propio plan de viaje”.
La ruta incluye 13 países Canadá, Estados Unidos, México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Colombia, Ecuador, Perú, Chile y Argentina.
Las escalas más largas fueron en Costa Rica, contó, porque allí tiene amigos, aunque la idea la hizo más rápida para evitar la temporada de lluvias en Canadá.
“Todas las noches mandaba mensajes a Trenque Lauquen para que no se preocuparan, mi familia tenía mucha preocupación cuando entré a México por las noticias que se leen aquí, pero la realidad es que yo no vi ninguna situación anormal en la seguridad, por el contrario los mexicanos son muy amables que te invitan todo el tiempo a sus casas, son muy cordiales. Atravesé todas las regiones que tienen mala prensa por las series de Netflix o por las noticias, pero yo no vi nada de qué preocuparse” destacó.
Las fronteras de EEUU y Canadá “sobre las que también hay mucha fama de estrictos y de requisitos, no es tan así, más aún ellos te ayudan mucho sobre todo para los que no hablamos bien el inglés”.
Destacó además que en los 5 meses “no me pasó nada a lo largo del viaje, miré videos y aprendí cómo comportarme con la gente que te quiere sacar plata en cercanías de las fronteras, pero no sufrí robos ni nada. Nos encontramos 5 argentinos en moto en Alaska que habíamos llegado cada uno por su cuenta y ninguno había sufrido ningún problema”.
En otro tramo dijo: “Ninguna capital se parece a Buenos Aires. El viaje es un aprendizaje, lo que digo es muy personal pero una vez que salis de Argentina, hasta que no llegas a EEUU no vas a encontrar nada parecido. En distintas capitales me decían a las 20 horas que en el centro no podíamos caminar ni bajar a tomar un café, porque no anda nadie en muchas capitales y tienen mucho miedo”.
El viaje, dijo, le impactó en varios aspectos “para valorar más a nuestro país. Estamos muy bien, pero estamos en una instancia para ver para dónde vamos. En EEUU vi el efecto de la droga que le llaman zombis, un domingo a las 17 horas me daba miedo ir al supermercado caminando, es real eso que se ve en las redes sociales el efecto de una droga muy dañina. También me costó cruzar por debajo de una autopista y ver a la gente tan mal, que me daba miedo, a la vista de todos”.
“Me preocupan las cosas que se ven en el mundo. También me impactó la política ambiental, las rutas de algunos países son basurales”. Capítulo aparte para El Salvador “quise parar y hacer escala para conocer el fenómeno (del presidente Bukele) que había leído antes de viajar que metió presos a 60 mil pandilleros de las maras. La gente me decía el presidente metió preso a las pandillas y quedó libre el país, antes estaba preso el país, eso te lo dice la gente en la calle y el presidente hoy es muy popular. En los hoteles la gente me decía que ahora vive tranquila, antes estaban todos armados y había playas que no se podía bajar porque eran exclusivas de los maras”.
A lo largo del viaje convivió con nevadas, lluvias y una ola de calor inédita de 50 grados en EE.UU. aunque dijo que “tuvo mucha suerte” porque en general las condiciones climáticas fueron óptimas.
“Ahora tengo ganas de hacer cosas nuevamente en bicicleta y volver a escalar montañas. Me gusta ir a conocer, indagar las historias de los lugares, soy inquieto” dice como si hiciera falta aclararlo.