Gustavo Richieri: un loco del aire que desafía todos los límites

Gustavo Richieri: un loco del aire que desafía todos los límites

Gustavo Richieri está listo para retar al viento. Desde lo alto en el cielo, entre las nubes, despliega sus alas y juega con los rayos de sol, con l

Gustavo Richieri está listo para retar al viento. Desde lo alto en el cielo, entre las nubes, despliega sus alas y juega con los rayos de sol, con las sombras de la luna. También en el agua se aferra a sus alas para saltar, danzar y hacer acrobacias que desafían los límites de la gravedad.
Sus pasiones son extremas, y a los 52 años sigue desafiando el viento. Es uno de los pioneros en el deporte de paramotor en Trenque Lauquen y también lo fue en el kite surf. Desde el cielo o desde el agua nos dice que se puede, que todos pueden, y que no hay que dejar para mañana los sueños por cumplir.
Entrevistado en FM Tiempo 91.5 Mhz este vecino que es parte del paisaje urbano porque todos en algún momento le sacaron una foto sobrevolando la ciudad, habló de su vida, de su pasión por los deportes extremos y de los límites que no siempre están tan cerca.
Pero primero lo primero.
-Esta visita a un estudio de radio no es nueva para vos. ¿Hiciste el primer programa de radio en FM local?
-Tengo el honor de haber hecho el primer programa en FM cuando se inauguró Proyección en 1990 con Javier Bories, Martín Montejo y Darío Guarda. Teníamos que explicar qué era la FM que no se sabía que era. El programa se llamaba Por Siempre Beatles.
Así comenzó la charla, y como se verá a lo largo de la misma el denominador común es que Gustavo siempre estuvo ahí para romper los límites, al menos siendo el primero. “Siempre estuve vinculado al deporte. En un principio jugaba al futbol y vóley pero no era bueno, por suerte aparecieron otros deportes”.
-Hiciste físico-culturismo también, ¿no?
-Sí, tenía 14 años en el año 1985 fuimos a hacer una competencia, era algo muy difícil porque no se sabía mucho y la gente nos criticaba nos decía que era anti natural que te afectaba el cuerdo y no sé cuántas cosas más, tengo el honor de haber sido alumno de Horacio Arrastúa.
Luego habló de una etapa más contemporánea, cuando empezó con el kitesurf. “Es un deporte que entra al país a principios del 2000, al principio eran equipos muy peligrosos y viejos y generaban problemas y accidentes” pero luego se fue desarrollando de mejor modo.
Cuando decidió comprar su equipo para practicar en Trenque Lauquen, nadie lo hacía aquí y tuvo que viajar a Buenos Aires para aprender porque no había instructores en el interior.
“En el 2020 surgió la posibilidad de hacer un parador porque lo habíamos visto en Junín, se hizo un convenio con el Municipio por el uso del espacio público por eso se conformó el club de kitesurf de cuero de zorro, somos más de 50 socios fundadores y adherentes más de 150 con integrantes de Trenque Lauquen y toda la región”.
La idea “es tener un lugar confortable para la familia, para el que te acompaña y tener cambiadores, duchas, etc. Es un sueño hecho realidad, no hay otro lugar en todo el país como el de Trenque Lauquen”. El día que se hizo la entrevista radial era un día de viento, y según dijo había más de 150 personas practicando el deporte en la laguna de cuero de Zorro, provenientes de distintos lugares de la región y el país.
SALTO AL AIRE
En el año 2003 “cuando se hizo un festival aéreo en Trenque Lauquen organizado por el aeroclub Trenque Lauquen, mi inquietud era hacer un salto en paracaídas, fue algo que me impactó porque nunca había volado en avión, y a partir de eso dije cómo seguimos entonces me acerqué al grupo de amigos del parapente que estoy muy agradecido con ellos porque me enseñaron a volar Beatriz González, Roberto Sánchez, Rubén Vázquez y otros que viajan mucho y hacen vuelo libre es decir sin motor. En el año 2012 compré el paramotor que te da más autonomía”.
Tampoco había nadie aquí que pudiera enseñarle y viajó a Pehuajó para aprender “son deportes con mucha camaradería aquí no hay competencias”.
-¿Nunca te han dicho que estás loco por hacer estos deportes?
-Sí claro; pero loco es no hacerlo. Hay riesgos obviamente, pero se pueden minimizar entrenando, me ha tocado armar y desarmar de noche, y lo logras porque estás preparado y minimizas el error. Hay algunas cosas que a veces se te escapan recientemente me encontré con una tormenta que no estaba pronosticado que llegara a esa hora, así que tuve que hacer maniobras de descenso rápido y aterricé en un lugar que no estaba previsto.
-¿Para hacer estos deportes tienes que borrar el miedo?
-Y un poco de miedo hay que tener, porque te preserva, el miedo sirve pero hay que minimizarlo, un poquito de miedo está bueno tener, te ayuda.
-¿Qué te mueve a vos a hacer estos deportes tan extremos?
-Son desafíos personales en algunos casos, hacer siempre lo posible por llegar. Ver las olas desde la costa y pensar que se puede estar allí, ver las nubes desde el suelo y tratar de llegar. Mi dicho es hacer acciones masivas, quiero aprender a hacer algo y pongo todas las energías en eso, invertir dinero, relaciones, todo.
También entrena en gimnasio “menos de lo que creen; voy 1 hora o 40 minutos, el secreto es entrenar bien a los 52 años y no muchas horas. Yo tengo que cuidar la máquina y escuchar al cuerpo”. Destacó otro deporte que practica y le gusta “el kayac me encanta, hace más de 10 años tengo la fortuna de haberme prendido en la idea con mi amigo Emanuel Matheus con una actividad que fue creciendo, me gusta también la pesca y todo lo que sea contacto con la naturaleza, sacar fotos, todo”.
Por su capacidad de trabajo con la imagen, además de practicar el deporte Gustavo nos regala postales únicas de Trenque Lauquen, desde el cielo y desde el agua. “Me gusta la fotografía y el video, miro mucho y aprendo mucho. Admiro a los fotógrafos locales y la gente que hace imagen, tengo la suerte de trabajar en el canal así que te vas nutriendo de todo esto” y destacó a la fotógrafa Maite Rico “que me ha enseñado mucho”.
El mensaje final es que todo se puede “a mi medida he intentado hacer todos los deportes que me propongo pero hay deportes que requieren mucho dinero y no se pueden. Me gusta así desafiar los limites, cuidar no lastimar a nadie, cuidarme yo y no romper el equipo”.
“El mensaje es se puede, aunque tengas más edad, no hay que dejar pasar porque no sé si en 10 años voy a poder hacer otra cosa, no puedo esperar a mañana, no sabemos qué será de nuestro futuro” concluyó.