En el Viejo Trenque Lauquen, el libro del recordado Francisco Paco Aznárez, se menciona una travesía cultural de un paisano local, Alberto Baretta, que recorrió 26 mil kilómetros a caballo, una hazaña que quedó en la historia, pero que en su ciudad y en su país tuvo una repercusión escasa, quizás producto de su afiliación política y el cambio de escenario desde la partida hasta la llegada. Era peronista, y partió en 1971 y regresó en 1977.
En el libro de Aznárez se lee que un “paisano de Trenque Lauquen era recibido el 8 de octubre de 1976 en la Casa Blanca por el presidente norteamericano Gerald Ford y unos meses más tarde estaba en Madrid con Juan Carlos I, Rey de España aquel paisano realizó un extraordinario raid a caballo de más de 26 mil kms, concretando una hazaña montado en los criollos Queguay y Charrúa.
Baretta había nacido en Pellegrini, pero era trenquelauquense. Se crió en la Estancia El Mate donde trabaja su padre. Sin embargo, el periplo a caballo se inició en Uruguay, en Paysandú, donde le dieron los dos caballos-
“Desde allí el jinete concreto una marcha hípica cultural atravesando llanos montañas ríos bosques y todos los accidentes geográficos del inconmensurable territorio americano con su guitarra al hombro Baretta desgranó poesía gauchesca por la cintura cósmica del sur”, escribió Aznárez.
El recorrido incluyó Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala, México y Estados Unidos, donde fue recibido por el Presidente en la Casa Blanca y desfiló en la Quinta Avenida de NY “donde lo aplaudieron miles de personas a él y la bandera argentina”. En una segunda etapa viajó hacia España donde fue recibido por el Rey. Su regreso a Trenque Lauquen fue el 9 de julio de 1977.
UNA FIGURA DESTACADA
Juan Carlos Artigas, el vecino trenquelauquense que tiene un museo criollo en su casa y que hace mucho por la cultura gauchesca tiene una sala dedicada a Baretta donde se pueden ver algunos de los objetos que formaron parte de la travesía e incluso cuenta con un ejemplar del libro “Hijo de Gaucho” uno de los pocos que se pueden encontrar en el país escrito por el recordado paisano trenquelauquense.
Algunas de esos objetos los obtuvo por investigaciones propias y otras le fueron acercadas por sobrinos de Baretta que trajeron en 2004, cuando falleció en Santa Fe, una caja con elementos que donaron a ese museo.
Baretta no fue profeta en su tierra, como ocurre habitualmente. Era un paisano peronista y su regreso en 1977 vino acompañado del silenciamiento y si bien hubo homenajes locales y dio charlas en escuelas y eventos en la región, su popularidad se apagó gradualmente. Luego emigró y se sabe que vivió en Berisso y Mar del Plata, siempre con actividades culturales y hasta intentó crear una escuela hípica. Se desconoce por qué recayó en la localidad de Pérez, provincia de Santa Fe, donde murió en el año 2004.
Artigas, atiende el teléfono en su casa para hablar con OESTE BA. “Para los uruguayos la travesía es de ellos, porque los caballos eran de ese país y allí tuvo más repercusión que aquí” dice Artigas que sólo lo conoció como alumno de una escuela primaria, a la que fue Baretta a dar una charla.
“Los vecinos le escribían cartas que llegaban a las embajadas, hay muchas de ellas en el Museo. El las conservó, al igual que recortes de diarios de todos los países en los que fue y le hacían entrevistas. El diario La Opinión hizo muchas crónicas durante los 5 años relatando los lugares que visitaba”.
Si bien en el año 2017 el HCD designó una calle con su nombre, a través de la Ordenanza Nº 4649/17 en el sector norte de la ciudad, para Artigas es una figura “que merecía más repercusión, pero su silenciamiento tuvo que ver con su afiliación política”.
“Hay una carta –agrega Artigas- que a mi me conmueve que se la manda un hermano el 30 de junio de 1974, le dice ‘el General (Perón) está muy grave esperemos que no muera, sino sabe Dios lo que nos va a pasar’. Fueron proféticas sus palabras, Perón muere al otro día y todos sabemos lo que vino”.
En su libro, Baretta le dedicó un espacio a la muerte de Perón en 1974. Artigas lo relata así: “El se enteró de la muerte de Perón en una embajada y por eso escribió ‘…Fue tan sincero el llanto y el abrazo de aquel pueblo que desensillé y me quedé de duelo los tres días que declaró el pueblo de Panamá’”.
Artigas estuvo en Paysandú en la esquina de donde partió y en el museo que guarda el recado que se usó en el viaje.
Su historia no es tan conocida, quizás haya generaciones que ni siquiera hayan escuchado hablar del paisano que repetía sobre su hazaña “salí a recorrer sin armas ni dinero”.
Fotos Museo Criollo Artigas