“Yo soy roquero” dice Javier Márquez para definirse cuando le preguntan por su compleja anatomía de vida que lo llevó por distintos paisajes, al punto
“Yo soy roquero” dice Javier Márquez para definirse cuando le preguntan por su compleja anatomía de vida que lo llevó por distintos paisajes, al punto de interrogarnos ¿cuál es su hábitat natural?: la música, el deporte, la profesión de guardavidas en la que se graduó en los últimos tiempos o el oficio de la gomería que abrazó desde muy chico.
A los 55 años Javier aceptó una entrevista para hablar de todo, cree que es la primera vez que enfrenta los micrófonos periodísticos. Para los más chicos, recordamos que fue el guitarrista de Mr. Wolfang una banda de heavy metal de los 80 y principios de los 90 en épocas que Trenque Lauquen tenía una gran oleada musical y los géneros de los acordes no se mezclaban, eran algo así como el agua y el aceite. Es decir, si eras del rock duro, difícilmente tranzabas con otros estilos musicales.
ETAPA MUSICAL
Wolfang, La Blusera del Oeste y Aleman Grup eran los que dominaban la escena musical de aquellos años, los herederos de lo significó el sismo Sobrecarga. Pero sólo los Márquez (él y su hermano Esteban) eran los que cultivaban la moda metal, con camperas de cuero y el estilo de aquellos años. Fredy Angulo y Pedro Traverna eran los que conforman la agrupación que logró grabar “un cassette” y hacer una presentación en el Teatro Español.
“Soy roquero, roquero se nace y es para toda la vida” dice en FM Tiempo y aclara que ahora lo hace como integrante del público porque le gusta ir a los recitales.
“En aquellos años éramos muy pocos, con el Alemán y La Blusera con estilos muy diferenciados, somos la generación posterior a Sobrecarga, en una ciudad que era muy roquera”. Pero ser músico no era fácil, recuerda, “no estaban las escuelas para enseñar. Además, los equipos no eran buenos, porque eran difícil de comprar, solo en el final de mi etapa me compré un Marshall que me costó un año de trabajo, y todavía lo tengo”.
Se define como fanático de Riff y a pesar que su etapa musical es parte del pasado sostiene con firmeza que “roquero sos siempre. El que es roquero lo tiene arraigado es como el tanguero, hoy no veo ese sentido de pertenencia en los jóvenes, por ejemplo el Vincha es blusero y no va a cambiar nunca”, reflexiona.
Cuando terminó el secundario se metió en el gomería de su padre para trabajar allí y aprender un oficio que señala está en vías de extinción porque ellos hacen el “recapado” de las cubiertas “es una profesión que heredamos de mi viejo, nosotros somos segunda generación y hace 55 años que existe Neumáticos Márquez”, señala que necesita “constante capacitación”. Hace 30 años que junto a su hermano sostienen la empresa familiar que arregla el neumático.
EL TRIATLETA
Hace 20 años “empecé a trotar por salud” recuerda y agarró justo el auge de los triatlones “empecé de grande, primero a trotar, luego me compré la bicicleta y finalmente aprendí a nadar y hacer triatlones. Aprendí a nadar a los 40 años cuando se abrió la primera pileta climatizada”.
Dice que no hay límites para aprender, y que le gusta correr triatlones individuales en distancias de 1500 mts, 40 km y 10 km. Destacó al Lechu Darricau “como referente en el ambiente y la cantidad de gente que hace deportes en Trenque Lauquen”. Su entrenamiento consiste en natación 3 veces por semana con la profesora Martina Lafrosia, ciclismo 1 o 2 veces por semana y otros dos días pedestrismo “con amigos”.
GUARDAVIDAS
Pero tenía una asignatura pendiente en su vida que era ser guardavidas y realizó la carrera de grande. “Es una carrera hermosa de nivel terciario, la cursé con compañeros jóvenes que tenían la edad de mis hijos y haces grandes amistades y compañerismos, es sacrificada pero te da grandes satisfacciones, aquí en Trenque Lauquen tenemos la suerte que se dicta aquí”.
Destacó como “muy sacrificada” la carrera pero era “algo que tenía postergado, soñaba con ser guardavidas, desde muy chico mis padres compraron un departamento en Mar del Plata y todos los veranos pasamos ahí y de chico miraba el trabajo de los guardavidas mi hija menor también se recibió y el más grande quiere hacerlo”.
Aclaró que no trabajará como guardavidas, sino que hizo la carrera para cumplir con una asignatura pendiente, aunque a veces colabora en esas funciones en las travesías de kayac de jugo de canoa.
Casado con Silvina Cardeli es padre de Diego y Sofía, contador y guardavida respectivamente, “nosotros trabamos para que los pibes estudien” señala y agrega que “en casa todos hacemos deporte, mi señora hace carreras de montaña” y sobre el futuro de la empresa dice que aún no lo pensaron con su hermano ya que no tienen hijos que continúen con el oficio.
En su casa, además de elementos deportivos aún conserva dos guitarras a las que echa mano cada vez que puede “¿qué canciones toco? de Riff y La Renga” señala como si hiciera falta aclarar que aún sigue siendo un roquero de ley.