Aunque en alguna oportunidad vivieron al otro lado del planeta, los hermanos Holgado nunca se fueron del barrio. Siempre soñaron con un comercio que fuera su sustento, su medio de vida, y también un servicio para sus vecinos. Era un local de fiestas, luego un almacén y finalmente un supermercado que levantaron (las primeras paredes) con sus propias manos y luego vino la expansión, el crecimiento y las expectativas “que nos superaron”.
La inauguración fue en el 2010 y de ahí el nombre. Eran días de celebración de la Patria y de crecimiento de una barriada que se levantaba en un lugar que había sido de la familia Holgado, una quinta a las afueras de la ciudad que tenía una laguna en la que los cuatro hermanos, navegaban más allá del horizonte en una balsa que habían armado con madera.
La historia la reconstruye Mauricio, de 40 años, cara visible del súper que regentea junto a su hermano Carlos. Ambos emigraron a España en los años de la crisis de principio de siglo en búsqueda de un sueño como tantos otros. Allí, recuerda, nació la idea de un comercio en Trenque Lauquen.
La experiencia europea no fue tan auspiciosa en términos económicos, no al menos como muchos sueñan de hacer una gran diferencia, sin embargo fue clave en su mentalidad. “Fue una experiencia muy buena que nos ayudó a mentalizar un negocio, proyectarnos, cómo manejarnos a largo plazo”.
Su hermano Carlos viajó primero y él se sumó años más tarde tras cursar 3 años de la carrera de arquitectura, allí vivieron lo que se llamó la crisis de la burbuja inmobiliaria y durante meses vivieron “con lo justo” buscando trabajo para poder sustentarse “son cosas que te ayudan, te marcan para manejarte en la vida”.
Al regreso comenzaron con un almacén cerca del Parque Municipal y proyectaban un salón de fiestas, cuando su padre subdividió la quinta familiar esa en la que de chicos criaban vacas y allí nacería un nuevo barrio donde emplazar el súper.
“La elección de la esquina es porque el comerciante Juan Aguilera nos recomendó que fuera allí para que la gente pudiera estacionar, nosotros habíamos pensando en hacer un almacén delante de nuestra casa”, ya que todos viven en la misma cuadra.
Como es maestro mayor de obra y vienen de una familia de constructores, levantaron las primeras paredes junto a su padre. Al principio sólo eran ellos no tenían empleados hoy son 6, “el negocio superó nuestras expectativas sin esfuerzo y sacrificio no hay nada es como todo en la vida. Somos una familia con los empleados, estamos muy contentos por la atención con la gente con el público que hoy es eso es determinante”.
El comercio fue creciendo, ampliaron el local, sumaron rubros como carnicería, verdulería y también incursionaron en el uso de energías renovables. Fueron uno de los primeros comercios en instalar los paneles solares con los que se autoabastecen e inyectan en la red el excedente.
Sobre la situación actual y los precios en góndola, Mauricio dijo: “Venimos de meses muy difíciles con altos índices de inflación y muchas veces eso te puede llevar a tomar malas decisiones. Fue muy complicado el final del año pasado y el principio de éste, sin hacer referencias políticas porque no es lo mío, pero eran momentos que tenías que comprar mercadería. Hubo semanas que algunos precios aumentaban el 100%. Se notó la baja en el consumo y eso hizo que los precios se estabilizaran”.
Dice que no le gusta que le digan empresario “me defino como emprendedor, estamos en el día a día peleándola”. Pelea es una palabra que repite: “Peleo los precios para estar competitivo y como si fueran para mi para darle a la gente el mejor precio posible porque somos vecinos y vivimos allí y nos conocemos todos”.
En el final dijo ser optimista sobre el futuro y enfatizó que hoy por hoy hay que ser “muy profesional” en el manejo de los números al frente de un emprendimiento porque los márgenes son muy finos “triunfan los que son responsables y hacen bien su trabajo”.