Horacio Beltrán y Laura Sánchez son oriundos de San Miguel y Lanus. Llegaron a Trenque Lauquen de manera azarosa porque camino a La Pampa hicieron
Horacio Beltrán y Laura Sánchez son oriundos de San Miguel y Lanus. Llegaron a Trenque Lauquen de manera azarosa porque camino a La Pampa hicieron una escala aquí. Fue amor a primera vista y rápidamente iniciaron gestiones para radicarse en la llanura del oeste bonaerense.
“Nuestro plan era encontrar un lugar para terminar tranquilos, alejarnos de la base para no ser un peso o compromiso para los hijos que ya son grandes y tienen su propia familia. Conocimos por casualidad a Trenque Lauquen y no nos fuimos más” recuerdan en una entrevista con FM Tiempo.
En Buenos Aires aún tienen una fábrica de espejos, de ahí el nombre a su complejo de cabañas.
“Trenque Lauquen nos gusta mucho. Estamos enamorados de la ciudad y no entendemos muchas veces las quejas, a veces se ve que no se valora todo lo que se tiene. Nos gusta la amabilidad de la gente, te saludan y no sos uno más. Una de mis nietas tuvo problemas de salud y aquí siempre encontramos respuestas y acompañamiento” dicen con la mirada del conurbano sobre el patrimonio en estas latitudes.
“Nos ofrecieron un terreno en un loteo y elegimos media hectárea de cara al campo y por eso tenemos animales” siguen con su relato de la llegada. “Lo de las cabañas surgió para hacer alguna actividad rentable aquí; no teníamos relación con el turismo hasta ese momento”.
En el lugar tienen una pequeña granja, con gallinas, un pony, un chanchito, un corderito, patos, gansos, y ahora dos tortugas.
“Mucha gente lleva a sus hijos los fines de semana a ver los animalitos, llevan el equipo de mate y pasean. Obviamente no cobramos nada, no tenemos problemas. Hay chicos de esta zona que no conocen a los animales”.
LA MONA
En ese contexto campero, natural y con animales surgió la posibilidad de tener una mona carayá. “En San Miguel había un chico que tenía una mona y no la podía tener en su departamento y nos la dio para que la tengamos aquí en la naturaleza, nunca estuvo suelta, tenía un arnés con un alambre en la que se movía y comía hojas de árboles y fruta que nosotros le dábamos. Tenía 8 años cuando llegó acá y siempre había estado en una jaula. Hace 1 año y 8 meses vino la policía y la llevó porque había una denuncia sobre tenencia de un animal no doméstico”.
Actualmente, por decisión judicial, “está en un complejo cordobés que tiene más de 200 monos, donde nosotros decimos que no está bien porque está en una jaula en peores condiciones de alimentación e higiene, que lo que estaba acá, entonces no la llevaron para estar mejor”.
Desde que fue retenida por la Justicia la visitaron 4 veces. En este tiempo formularon denuncias en distintos organismos “y damos una batalla legal para poder recuperarla”. También iniciaron gestiones para habilitar la pequeña granja que tienen como un espacio para tener animales y eso les permitiría contar con “Mony”.
La mona tiene hoy 17 años “ese animal no se puede reinsertar nunca más en la vida silvestre. Nosotros insistimos que sacaron el animal de un lugar que estaba bien a uno en el que no está bien”. Recordaron los incendios que afectaron Córdoba y dijeron que la entidad que tiene a su cuidado más de 200 monos pide colaboración en redes sociales para darles de comer porque no tienen. “Tenemos fotos que muestran que su lugar de cautiverio no es bueno”.
“Estamos de acuerdo con no humanizar animales que no son domésticos pero el problema ya estaba hecho. Entonces que se busque una solución mejor y no peor para el animal. Hubiéramos preferido una multa ejemplar para que todo el mundo aprenda y no esta acción judicial que implica llevar a un animal, encerrarlo, ponerlo al rayo del sol, mal alimentado y en condiciones preocupantes”.