La parábola de vida de Agustina Cepeda es para recortar y enmarcar. La deportista trenquelauquense de 33 años acaba de consagrarse en el torneo de cic
La parábola de vida de Agustina Cepeda es para recortar y enmarcar. La deportista trenquelauquense de 33 años acaba de consagrarse en el torneo de ciclismo pampeano, y además se destaca en la disciplina triatlones con varios títulos y medallas a lo largo y a lo ancho del país. Pero su historia en el deporte es muy reciente, comenzó hace 4 años cuando decidió cambiar su vida preocupada por el sobrepeso y a fuerza de dedicación y empuje llegó a este presente: “Esta es la vida que quiero tener” dice.
Como si fuera poco el rotundo cambio que produjo en su estilo de vida, hay que sumarle que Agustina es madre sola de 3 hijos y que trabaja como servicio de limpieza todo el día, por lo que no puede comprar las mejores bicicletas ni suplementos vitamínicos ni nada. Un claro ejemplo que no hay excusas y que todos pueden. Su historia de superación es indudablemente un modelo motivacional para otras vecinas o vecinos.
“Tenía 42 kilos de más, un día le pedí a una amiga que me acompañara al gimnasio y empecé a correr una cuadra, una vuelta a la manzana, luego me operaron y como no podía tener impacto me compré una bicicleta. Cuando era chica había nadado, entonces de pronto estaba en condiciones de hacer todas las disciplinas del triatlón” contó ayer entrevistada en FM Tiempo y oesteba.com.ar.
Su vida cambió en la pandemia. “Hace 4 años un día me hizo clic que tenía que hacer algo, soy madre sola de 3 hijos, la rutina y la vida te van llevando a estar en un lugar que no querés, yo me dije no quiero estar así no quiero esto para mi vida, me satisface mucho que mis hijos me ayuden y me alienten en el entrenamiento. Más allá de las condiciones, lo importante es el amor y la garra que uno le pone”.
Luego del primer año de entrenamientos en soledad se anotó en un triatlón en Coronel Pringles y lo ganó “no sabía que había ganado porque nunca antes había ido a una competencia”. Luego llegaron más medallas y la participación en el medio ironman de Entre Ríos una competencia de 6 horas con 2 kms de natación, 90 kms de ciclismo y 21 de pedestrismo.
Ahora ganó un campeonato de ciclismo en La Pampa, porque este año se enfocó más a la bici. “No tomo vitaminas y tengo una bicicleta muy sencilla y de las más económicas, por suerte muchos chicos me ayudan como la familia Navarro que siempre me están dando una mano, tengo otras prioridades en mi vida no puedo hacer estos gastos porque soy madre sola de 3 hijos”.
Entrena a las 13 horas cuando su hijo más chico entra en la escuela y este año además cursa la carrera de guardavidas. Su día parece tiene más horas que el resto “entreno siempre aunque llueva, haga frío lo que fuera, hay que entrenar. El tiempo es una excusa, me he levantado a las 4.30 para entrenar porque entro a trabajar a las 7”.
Destacó a su madre que la ayuda con los chicos y dijo que no hizo una cirugía para bajar de peso “porque creo que en la vida es con esfuerzo, no me gustaba que fuera así. El primer mes de entrenamiento pensé que había bajado algo pero no sólo no bajé sino que subí, lloraba y me quería matar porque me dolía todo el cuerpo pero el esfuerzo y la dedicación hicieron su trabajo. Dolores en el cuerpo hay siempre, todo el que hace deportes siempre tiene algún dolor”.
Aunque ahora está más enfocada en la bicicleta “al triatlón no lo voy a dejar nunca es parte de mi vida. A de Trenque y la maratón de reyes las voy a correr siempre”.
“Cuando me tiro en la pileta o me subo a la bicicleta me olvido de todo. Hice terapia durante el proceso, a veces no me doy cuenta que ésa era yo, me cambió la vida completamente y la vida que tengo hoy es la que quiero tener, con todo el que puedo hablar le digo que camine, que haga algo, no creo que no se pueda, el día que te destrabas no volvés más a lo que eras, se te hace una rutina tan saludable, a mi me cambia el día, sentir el aire en la cara de la bicicleta”.
Y cerró: “Si la gente supiese lo feliz que te hace esto, lo haríamos todos”.