Hugo Déboli es desde este año el formador de los chicos del Centro de Entrenamiento que se denomina “Team” ubicado en el predio del Club Atlético. El
Hugo Déboli es desde este año el formador de los chicos del Centro de Entrenamiento que se denomina “Team” ubicado en el predio del Club Atlético. El entrenador oriundo de Lincoln, ha recorrido gran parte del país a lo largo y a lo ancho jugando y dirigiendo equipos de adultos y también escuelitas, pero tiene un capítulo especial en su largo historial que comparte nada más y nada menos con el astro eterno: Diego Armando Maradona.
Déboli habló con FM Tiempo sobre la vida deportiva y su vida personal que siempre tiene como eje a Lincoln su ciudad natal y donde siempre está regresando. Esas calles que transitó de muy chico, le dieron la relación que sostiene aún hoy a pesar de los años con el histórico preparador físico de Diego Maradona, Fernando Signorini, y esa es la llave que abrirá uno de los recuerdos mejor grabados de su vida: los meses que vivió muy cerca del 10.
El entrevistado es profesor de educación física y DT, y se sorprendió gratamente del Team trenquelauquense. “Tiene instalaciones excelentes con canchas de tenis, padel futbol, gimnasio y está pensando para el futuro porque en el futbol los resultados no son inmediatos” además, dijo, “tiene parámetros que a veces no se ven en los clubes sociales y lo sé porque anduve en muchos lados, tenemos todos los elementos, buen piso, gimnasio y transporte, y la dirección tiene mucha recepción a la demanda”.
SUS ORÍGENES
Sus orígenes con la pelota son como los de todo chico de pueblo “empecé a jugar a la pelota porque en Lincoln nací en un barrio donde podías jugar a la pelota en la calle y hacíamos todos los deportes pero no tenía grandes virtudes para gambetear” sin embargo se las ingeniaba para jugar en el Club Linqueño donde jugó en primera como marcador lateral izquierdo. También integró la selección de su ciudad “y en los 80 vinimos a jugar a Barrio Alegre y nos quedamos impactados por la infraestructura” también destacó a Ferro, Atlético y Argentino.
En Lincoln mientras jugaba en primera asistía a las inferiores y estudió el profesorado de educación física donde hizo una gran relación con Fernando Signorini. “Siempre hablábamos de irnos a Europa. Habíamos hecho un curso con el profe Pisarotti que era colaborador de la Selección Nacional y nos había dicho que nos iba a ayudar cuando decidamos irnos del país, él le dio una carta de recomendación para ir a España”.
Signorini voló a Barcelona junto a su flamante esposa en búsqueda del sueño, contó Déboli, pero no le fue fácil allí. Trabajaba cuidando quioscos y de noche intentaba meterse en los entrenamientos del Barcelona donde jugaba Maradona y dirigía César Luis Menotti “un día molestó tanto que Menotti lo dejó entrar y tejió relación con él y Maradona es un cuento la historia como se dio. Por carta y teléfono él me invitaba a ir allá, y lo hice cuando Maradona fue a Italia donde Signorini ya era su preparador físico”.
Déboli es muy cauto y aclara que él no fue entrenador de Maradona: “No integré el equipo, tuve la oportunidad de estar y tuve la oportunidad de entrenar a la escuelita de Nápoli, pero mi laburo era un bar. Estaba con Fernando todos los días y todos los lunes íbamos a Roma con Maradona a un centro de alto rendimiento y vi cosas que 15 años después llegaron a la Argentina”.
Ese era el mejor Maradona de todos los tiempos porque fue la preparación para el mundial de 1986 que cuenta vio en Italia “y había italianos que gritaron el gol de Maradona” a la Azzurra que se marchó antes de aquella cita mundialista.
“Yo no digo que entrené a Maradona porque sería mentir. Sí tuve la oportunidad de compartir y estar. En ese tiempo íbamos a jugar al futbol con Maradona futbol 5, no era consciente que era parte de la historia en ese momento, me regaló camisetas y botines que luego regalé”.
Allí en Nápoli también se relacionó con Bertoni otra gloria del fútbol para quien trabajó posteriormente en Avellaneda dirigiendo una escuelita de él y Bochini. Tiene una anécdota de un viaje que hicieron a Madrid donde llegaron y buscaron en la guía telefónica a Alfredo Di Stefáno y les atendió el teléfono en persona y los invitó a conocer el Real Madrid donde pudieron presenciar entrenamientos y conocer a Valdano “nos trataron con una gran camaradería y grandeza, eran personas muy sencillas”.
Pero se volvió a Lincoln “me vine porque extrañaba mucho, nunca había salido de Lincoln y me fui lejos y sufría mucho el desarraigo” una vez en el país comenzó a trabajar en distintos clubes, muchos de ellos en la región donde trasladó sus conocimientos.
“Cuando regresé al país se comenzó a hablar de fisiología cuando en Europa se hablaba hacía mucho tiempo”.
Hace 40 años que dirige y está vinculado al fútbol y señala que en Trenque Lauquen encontró “el lugar donde poder expresar y plasmar mis ideas”. Señala también que los chicos “tienen que aprender jugando” al fútbol y se define como seguidor del estilo de Menotti y Guardiola, aunque sin grietas. También sostiene que “entiende” el mandato del resultado para los entrenadores “pero uno no es el mejor o el peor cuando ganas o perdés”, concluye.