Dueña de una voz potente y una particular manera de adueñarse del escenario, Majo Castro atraviesa un momento de tranquilidad y trabajo silencioso c
Dueña de una voz potente y una particular manera de adueñarse del escenario, Majo Castro atraviesa un momento de tranquilidad y trabajo silencioso con un par de proyectos que la tienen más ocupada en Buenos Aires que en Trenque Lauquen, aunque siempre está volviendo y en uno de sus viajes habló sobre lo que está por venir.
Desde chica dijo que quería ser cantante para cumplir con el sueño de entretener a su público y hacer que por algunos momentos los problemas de la vida quedaran en un rincón, sin embargo, pasaron muchos años hasta que finalmente se animó a plantarse frente al público. Su carrera, se puede decir, nació recién a los 21 años durante un concierto improvisado para el día del amigo en un restorán en el que un amigo la acompañó con la guitarra.
Desde ese momento, hasta el presente, sus pasos fueron siempre hacia adelante convirtiéndose en una de las voces femeninas en Trenque Lauquen del ámbito el rock más destacadas de nuestros días.
Ya sin la Unión del Oeste esa mítica banda con la que giró durante casi 9 años, encara su proyecto en soledad desde CABA con músicos que viven allí, también su compañero de vida, y le pone la voz a una banda que no es muy conocida en el circuito comercial pero que tiene trabajos en Spotify y recomendamos escuchar porque no tiene desperdicio: El acha de Mariano.
“Ahora hay más mujeres en el rock, antes estaba mal visto y por suerte ahora se están dejando de lado muchos prejuicios” reflexiona durante una entrevista con FM Tiempo.
Sus inicios, cuenta, fueron en las clases de piano de Marisa Mestre cuando era una niña. Todo comenzó porque tomaba prestado el teclado de su hermana Celeste para tocar y entonces decidieron mandarla a tomar clases. Ese conocimiento de base, le serviría mucho para los años siguientes.
Después de ese debut inesperado a los 21 años en un restorán se subió a la conformación de una serie de bandas hasta que derivó en la Unión.
“No tengo apuro hoy en los proyectos, me lo tomo con tranquilidad, tengo mi estudio en mi casa y grabo ahí y mando material”.
Tiene un bar y es profesora de canto con muchos alumnos “es muy lindo ver el proceso y el avance de los chicos y chicas muchos de ellos sólo vienen a aprender para sacarse las ganas y demostrase que pueden hacerlo”.
De chica “siempre pensaba que quería cantar darle la oportunidad a la gente de despojarse sus problemas por un rato para poder disfrutar de algo. En el escenario me olvido de todo, después la vida sigue”.
Sobre el presente dice que este es un “periodo de siembra” y que proyecta hacer “música, que llegue y que sirva para alimentar el alma y sirva para disfrutar, que sea una fiesta porque la vida es una fiesta. En mis letras creo historias, transmito fortaleza, no me gustan las letras negativas porque no llegas a nada, trato que haya una cuota de esperanza en las canciones”.
En el final dijo que siente “afortunada porque siento la ayuda de muchas personas, amo el momento en el que estoy con la gente que me rodeo, agradezco a la vida”.
Fotos Alejandra Gutiérrez