Marcelo Rey, una marca registrada de las noticias al mediodía

Marcelo Rey, una marca registrada de las noticias al mediodía

Marcelo Rey es el último estandarte de la vieja televisión de nuestro pueblo. Su imagen está asociada al noticiero de Canal 4; una presencia de la era

Marcelo Rey es el último estandarte de la vieja televisión de nuestro pueblo. Su imagen está asociada al noticiero de Canal 4; una presencia de la era analógica que aún perdura. Y eso no es una crítica para este mendocino radicado aquí hace más de 30 años, sino por el contrario un alago a la permanencia y a sobrevivir a los cambios tecnológicos y de público tan vertiginosos que se dieron en el último tiempo.
Es que por su edad intermedia quedó como un eslabón entre la televisión que fue furor y se metió en nuestras casas en los 90, a la que ahora está en retirada por el desembarco de las plataformas y las redes sociales. Más aún, este proceso tan disruptivo sacó del aire en todo el mundo a muchos comunicadores que no pudieron asimilar los nuevos tiempos. Como si esto fuera poco, en estos 30 años ininterrumpidos al aire, Rey pasó de calzar el traje de una profesión cuidada y mimada por la gente que depositaba toda su confianza, al mayor desprestigio y piso histórico en credibilidad que atraviesa la comunicación social en Argentina.
Todos esos cambios lo tuvieron siempre en pantalla, en una hora a la que nadie apostaba y sin embargo él logró consolidar: el mediodía. Cultor de un bajo perfil, enemigo de las controversias entre colegas, pero con una opinión siempre firme a favor de los vecinos, Marcelo Rey es marca registrada de la televisión por circuito cerrado. El del noticiero del mediodía.
Además de ser un periodista reconocido, Rey es un músico exquisito. Baterista de rock, pero de oído fino, paladar negro como dirían los futboleros. A propósito, cuando Rey llega a los pasillos de FM Tiempo 91.5 Mhz donde se va a concretar la entrevista para la que lo llamaron, todos aguardan que haga algún comentario de Beck, Twenty One Pilots o la legendaria Pearl Jams pero sorprende con una pregunta futbolera.
-¿Cómo va el Chealse?, interroga a sus sorprendidos interlocutores.
-Ahora lo ponemos, no lo estamos siguiendo, le responden señalando el televisor apagado.
-Me encanta ver jugar a Enzo Fernández, sólo por el él miro el partido, aclaró.

Ahora sí, con el tele prendido de fondo se enciende la luz roja y hablamos de su vida al aire.
-¿Cómo te definís músico o periodista?
-Ni una cosa ni otra, soy un vecino más. De todo siempre voy aprendiendo.
-Sos un apasionado de la buena música.
– Me gusta la música, desde muy chico, le saqué un disco de Pastoral a mi hermana y lo cambié por uno de Kiss a un vecino, desde ese momento todo lo musical me gusta. Después cuando llegué a Trenque Lauquen me metí en el maravilloso mundo del Oso Sánchez y se escuchaba buena música en las tertulias en distintos lugares. Después empecé a tocar instrumento y abracé más a la música.
-¿Fuiste a aprender o sos autodidacta?
-Iba a bailar a las tertulias y como tantos otros tocaba la batería en el aire, y un amigo, Roberto Ojeda, me preguntó si me animaba a tocar la batería y junto a Miguel Jaime creamos el grupo Efebo Rock pero no sabíamos tocar, era una etapa antes de Sobrecarga, nos presentamos por primera vez en un certamen de bandas y no teníamos ni instrumentos, yo ensaya con un almohadón y un bombo leguero; Roberto con una guitarra criolla y Miguel con otra guitarra acústica que le sacaba las primeras cuerdas.
-¿Y cómo hicieron para tocar en público?
-Recuerdo que en ese certamen usamos la batería de Gustavo Collado (luego sería baterista de La Sobrecarga y Divididos), pero yo no sabía ni cómo sentarme en ella. Me senté y toqué como veníamos ensayando no teníamos mucha idea esa es la verdad.
Su relación con Trenque Lauquen es familiar. “Mi madre es nacida aquí pero se casó en Mendoza con mi padre. Veníamos todos los veranos a pasarlo aquí, a andar en bicicleta, a la pileta, etc. A todos los decía lo lindo que era Trenque Lauquen. Cuando mis padres se divorciaron me radiqué aquí con mi madre”.
Aquí se vinculó con Omar Carro, a quien lo unía un lazo familiar y le dio trabajo en una imprenta, para armar afiches y textos, fue la puerta de ingreso al mundo de la comunicación. “Me empecé a vincular a la radio por Omar Carro y Héctor Sánchez que conducía alternativa subterránea y me invitaron a conducir un programa de rock en LU 11”, ya era un comunicador social.
“A la televisión fui porque Paco Aznárez en Canal 4 convocó a una prueba de periodistas para sumar a la señal, ahí entramos Nacho Sottosanto y yo”. La prueba consistía en hacer una entrevista “yo elegí a Ricardo Tojo que era legislador y le hice como 50 preguntas, la nota quedó como de 70 minutos” (ríe) y eso le provocó la primera reprimenda de Aznárez pero sin embargo le dio el trabajo.
De ese día, hasta hoy pasaron 30 años. “Suena a casi toda una vida. Yo no soñaba con ser periodista, las cosas se fueron dando en la vida. Muchas veces me pregunto qué hubiera sido de mi vida sino hubiera hecho esa prueba en la televisión, aunque también como te decía en el comienzo hay muchos lazos familiares vinculados a los medios de comunicación que quizás me iban marcando que sería éste el lugar para trabajar”.
-Con tantos años lograste una vinculación de tu persona con la profesión, algo que no es fácil lograr.
-Una vez estaba en un bar, y apareció un chico que había comenzado a tomar antes que yo para decirlo suave (ríe) y me encaró y me dijo “yo a vos te conozco. Mi viejo me obligó durante 20 años todos los días a la hora del almuerzo a verte a vos”. Creo que eso resumió todo, lo que le pasó a él ocurrió en muchas casas. El noticiero al mediodía lo inventó Paco Aznárez siempre los noticieros eran a la noche.
También dijo que a pesar del tiempo transcurrido frente a cámara “no le gusta” dar informaciones tristes para la comunidad “cosas que ocurren en la ciudad con gente que nos conocemos y tenes que dar la información”. Agregó que no se graba para mirarse y que es muy autocrítico con su trabajo.
-¿Si estarías en tu casa al mediodía, prenderías la tele para mirarte?
-No sé, me gusta estar bien informado, no sé si pondría el noticiero conducido por mí, pero estaría mirando noticias. Hoy ha cambiado mucho la profesión y los estilos de conducción televisiva.
“Trenque Lauquen –agregó- tiene buenos periodistas y buenas producciones, hay una gran diferencias con otras ciudades del interior provincial, es algo que se puede ver y no es una crítica a los demás”, aclaró.
Sin embargo, insistió con la autocrítica: “A veces no hay tiempo de hacer las cosas, de producir, de armar la nota, etc. Soy muy autocritico de mi trabajo, siento a veces que habito un lugar de privilegio por estar delante de un micrófono y en la televisión que hace que todos te conozcan y te vean. A veces estas corriendo sin recursos y sin material para poder estar a la altura. Hablando así soy un antihéroe de la profesión, soy muy crítico”.
Hay gol del Chelsea de Enzo Fernández que ganó ese partido y pasó de ronda en la Champions, la tele sigue prendida de fondo, como en la vida de Marcelo Rey, un tipo que lo conocimos por la pantalla que habita hace 30 años.