María Chiampán es una reconocida artista plástica trenquelauquense sin fronteras en el soporte: sus obras se pueden ver en cuadros, murales, cerá
María Chiampán es una reconocida artista plástica trenquelauquense sin fronteras en el soporte: sus obras se pueden ver en cuadros, murales, cerámicos, etc. del mismo modo que desafía las superficies, asume con el mismo compromiso el desafío de acercar a los chicos a la cultura y a la pintura. Y en eso no le va mal.
Está a cargo de los talleres de pintura para chicos en la Municipalidad que continuaron en el verano y en su actividad privada también lo hace desde el taller Lala, donde enseña dibujo y pintura a los más chiquitos.
“La propuesta de taller de arte para niños y niñas en realidad es como expresión artística, es una propuesta que a veces se va modificando. Está dirigida para chicos de 7 a 12 años y hoy ellos tienen acceso a la tecnología y redes donde descubren cosas que luego quieren hacer, por eso ellos vienen muchas veces con propuestas”, contó en una entrevista con FM Tiempo.
Destacó el trabajo de la Dirección de Cultura de la Municipalidad y la figura de Guillermo Ruiz porque a pesar de las dificultades económicas no interrumpió ningún programa cultural.
María, como dijimos, está muy identificada con su rol de docente de niños, aunque su profesión es la de diseñadora gráfica. “Estudié en la UBA. Me recibí en el año 2008 y me vine a trabajar a Trenque Lauquen pero en realidad no me gusta mucho. Lo que ocurre es que tenía claro que quería estudiar algo vinculado con el arte, pero tampoco había un abanico en ese momento como ahora no estábamos tan en contacto con las posibilidades. Me gustaba dibujar pero no sabía qué carrera estudiar”.
El dibujo es parte de su vida. Comenzó a los tres años a estudiarlo “la facultad me permitió enriquecer muchas herramientas”. Luego de trabajar como diseñadora, buscó su destino en México con una propuesta cultural y a su regreso contactó con Magui Delfino y el grupo de artistas El Cubo. “Ella me empujó a abrir mi taller” que no tiene nombre aunque llaman Lala por su abuela porque funciona en la casa de ella.
-¿Y tu carrera artística continúa a la par de tu faceta como docente?
-Sí, siempre estoy haciendo cosas aunque a veces uno trabaja puertas adentro. El año pasado fue de muestras y exposiciones y de participación en el muralismo, me llevó a estar mucho trabajando afuera, esto de estar mostrando lo que hacés y todo el tiempo, entonces ahora estoy como, bueno, adentro, por ahí mucho más con el dibujo.
-¿El muralismo cómo te llegó?
-Llegué de la mano de Magui, que cuando se organizó el primer encuentro de muralismo convocó a varios a mi me tocaron los bañitos en el parque con Juan Orellana, en esa ocasión vinieron artistas muy reconocidos que son grandes maestros que te ayudan mucho.
-¿Cómo definís tu obra?
-No sé si me puedo definir, no sé si puedo ponerle un rótulo. Es una búsqueda. El arte es mi compañía. Tengo periodos en los que estoy más amigada con la ilustración, otros periodos en los que estoy más amigada con la pintura. Lo mío no es un arte figurativo trabajo más bien en cuestiones abstractas que tienen que ver con el color y la línea.
-¿Qué es lo que buscas transmitir en ese mundo abstracto?
– Siempre todo empieza siendo como algo medio autobiográfico, como de catarsis. Es una búsqueda también, es un canal para que salga lo que a uno lo habita. Es un canal de comunicación, primero conmigo misma, después con el resto y entre el resto. Es una herramienta para que lo que me habita salga y a partir de eso ver qué es lo que me está pasando, qué es lo que quiero. Después lo ven los demás.
-¿Te intriga esa devolución de que le pasa al otro con la obra?
-No es que no me importe, pero no me afecta que digan que algo le gusta o no le gusta. Me siento muy halagada cuando me llega el mensaje porque te relacionan con un mural o te hablan de una obra.