Mariana Mingoya: una mirada lo dice todo

Mariana Mingoya: una mirada lo dice todo

La profundidad de las miradas en los rostros realistas que dibuja y pinta Mariana Mingoya son bellísimas y pueden generar múltiples sensaciones a

La profundidad de las miradas en los rostros realistas que dibuja y pinta Mariana Mingoya son bellísimas y pueden generar múltiples sensaciones a la hora de contemplarlas. La joven artista trenquelauquense indaga y navega en diferentes estilos y texturas, y nos invita a hacerle compañía en este viaje de descubrimientos y sensibilidades.
Mariana expone por estos días en la sala del Concejo Deliberante, con una veintena de obras que ella dice resumen “toda su trayectoria” como si fuera medio siglo, aunque sólo tiene 24 años de edad. Está de regreso a la ciudad, tras cultimar sus estudios en Bellas Artes y la muestra es una puerta de entrada a su vida y su obra.
“Empecé a dibujar desde muy chica en el jardín de infantes. A los 13 años hacía retratos y realismo. A los 15 años me anoté en el taller de Mercedes Jonas”, contó hoy entrevistada en FM Tiempo.
De dónde surge este interés por el dibujo. “Mi papá trabajó muchos años en la Municipalidad, dibujaba planos y obras pero no es arquitecto, su oficio es carpintero y yo miraba sus dibujos, de a poco empecé a observar esas cosas. Siempre me acuerdo de tener un lápiz y papel en casa para dibujar. Mi padre además de hacer obras, dibujaba retratos y animales, en realismo y utilizaba texturas visuales”, dijo y no será la única mención a su padre a lo largo de la entrevista ya que hoy dijo le enmarca las obras y siempre le está dando una mano.
Mariana Mingoya pinta en distintos soportes y superficies. “El óleo y el dibujo son contextos distintos, con el òleo podes utilizar colores y podes generar otras cosas y contrastes, son técnicas y estilos que cada artista se apropia y ver qué se adapta mejor a lo que quiere transmitir”.
-¿Qué pasó cuando con 15 años ingresaste al taller de Mercedes Jonas?
-Me pasó un mundo hermoso, entendí que me llamaba la atención todo el arte, me gustaban todas las técnicas, me gustaba el ambiente, me abrió la cabeza y estuve 3 años con ella hasta los 18 para estudiar el profesorado de educación artística en Santa Rosa.
-¿Cómo fue ese momento, con todos los prejuicios para estudiar arte?
-Mis padres siempre me apoyaron, mi padre tenía una inclinación artística, además yo iba a un taller de arte asì que sabían que esa era mi inclinación, siempre me apoyaron en todo a pesar de las dificultades que implica estudiar fuera de la ciudad.
-¿Cómo fue el ingreso a la Universidad?
-La base que tenía de haber estudiado con Mercedes Jonas me ayudó mucho, era la diferencia que tenia con otros estudiantes, se lo dije a ella porque fue de gran ayuda. De igual modo hago yo con mis alumnos, estimularlos y ayudarlos. El arte es un tipo de comunicación, lo siento propio porque a mi me cuesta poner en palabras muchas cosas pero si lo puedo transmitir en imágenes, por eso sirve para que los chicos puedan decir lo que sienten.
En el 2020 terminó en pandemia la Universidad y en el 2021 se radicó nuevamente en la ciudad como profesora de artes visuales.
“Pude hacer un vinculo con artistas locales para poder exponer en muestras colectivas, estoy de regreso en la ciudad desde el 2021 porque me recibí en plena pandemia” ese nexo con artistas locales le permitió exponer y trabajar con “German Villamor, el Sechu, Nico Miramor, Salomé Arnaiz, todos los muralistas y todas las chicas y chicos que son muy buenos”. En Trenque Lauquen “se hacen muchas movidas, exposiciones, muestras, quizás no todas trascienden y se saben”.
Da clases en escuelas primarias y secundarias y sus obras las expone en su cuenta de Instagram marim.arte.tl.
-¿Por qué eliges la mirada para pintar?
-No lo sé decir en palabras, pero las miradas transmiten mucho, la mirada es lo más transpoarente que tenemos, es algo que me atrae dibujar ojos y desde allí el rostro. Uno puede transmitir mucho en esas obras. En mi estilo hay partes subrealistas, porque produzco la imagen realista, es figurativa, pero tiene elementos que no pueden suceder en la realidad, por ejemplo flores en los ojos. Me gusta hacer eso porque puedo plasmar mis ideas, mis sentimientos de manera más escondida, por ejemplo tengo una serie que se llama instropeccion que hice en pandemia, en momentos que estábamos solos y nuestra mirada era interna hacia adentro.
-¿Todos los ojos no son iguales?
-No, nunca una mirada es igual a la otra, nunca va a transmitir lo mismo. La intensidad e intencionalidad es propia de cada uno, de lo que uno produce y lo que observa el público.
-Por otro lado está la lectura del publico.
-Siempre me pasa que hay personas que hablan de la obra y ven cosas que yo no. Cada uno produce o lee la obra desde sus propias vivencias, eso es lo más interesante, no hay arte sin un espectador.
-¿Cuáles son tus proyectos?
-Me gustaría trabajar más en una serie más personal y no tanto por encargo como lo estoy haciendo hoy, y estudiar una licenciatura en arte que no es algo fácil hoy porque ya estoy trabajando y se hace difícil.
-¿Qué vamos a encontrar en la muestra del Concejo?
-Van a encontrar toda mi trayectoria, porque tengo una obra que pinté a los 16 años hasta una de las últimas que pinté el año pasado. Son entre 18 y 20 obras que estarán en exposición 2 semanas.