Martín Larroudé: el chico orquesta

Martín Larroudé: el chico orquesta

Aunque los instrumentos musicales estaban al alcance de su mano, a Martín Larroudé el fuego de la pasión musical comenzó a quemarle las manos ya ent

Aunque los instrumentos musicales estaban al alcance de su mano, a Martín Larroudé el fuego de la pasión musical comenzó a quemarle las manos ya entrada en la adolescencia, y casi como un mandato divino que no sabe bien por qué ocurrió, aunque bien podría decirse que la música siempre estuvo cerca.
El joven que hoy tiene 27 años es el chico orquesta, ya que dirige este tipo de agrupaciones, y no una sino 4. Ellas son la Big band; la Orquesta de tango; la Pre orquesta y la Orquesta juvenil, todos proyectos de tipo académico que giran en la órbita de la Escuela Municipal de Música, un espacio que describe como una suerte de meca bien nuestra que irradia luz hacia todos los costados, pero que él no conoció hasta en su etapa de adultez, y no se formó en esas paredes.
El destino, y las vueltas de la vida no parecen ser aspectos espirituales que lo desvelan, por el contrario, describe cada giro en su meteórica carrera como una constelación de hechos que se fueron concatenando y pasaron, sólo eso. Como con el tango, nunca había escuchado uno. En su casa no había CDs de la música ciudadana, pero se anotó en una escuela y hoy es director de una orquesta tanguera.
Mano a mano con FM Tiempo 91.5 Mhz el chico habló de todo, de su pasado y de lo que viene.
Es hijo de María Emilia Fuhr y Alejandro Larroudé, y la mención a sus padres es porque a lo largo de la entrevista los mencionará varias veces. Su madre canta en el coro, y toca algunos instrumentos como el piano y la viola, y su padre –que es contador- comenzó de grande a incursionar en la armónica. A pesar que los acordes sonaban no era la música un universo que lo atrajera en sus primeros años, más aún recuerda en su relato un hecho que lo marcó en la juventud. “Tenía 14 o 15 años cuando un amigo llegó a mi casa y tomó la guitarra que era de mi abuelo, y que nadie en casa tocaba. El sonido del instrumento despertó mi interés” dice y ese mismo día buscó el teléfono del profesor Oscar Moreira (formador de un altísimo número de chicos locales) y se anotó para sus primeras clases. Comenzaba así su carrera musical.
A su padre le enseñó música el Vincha Vincent, para formar una banda. “Luego pasa a otra agrupación que se llama Cascarrudos donde empiezo a acercarme e ir a los ensayos tenía 15 años y a partir de eso hoy soy músico. Todo es obra de Lucas Arnaiz que era el guitarrista de esa banda, yo iba a los ensayos grababa todo y me iba a casa a hacer lo que él hacia, fue mi gran fuente de inspiración hoy vive en España y se está enterando ahora de lo que significó para mi” dijo.
Un año con Moreira ya manejaba la guitarra y se metió en una banda de blues que se llamaba 7 Rutas. “El blues fue lo que nos gustaba a todos que estaban en aquel momento, esa fue mi primera gran experiencia tocaba guitarra y cantaba”.
Después terminó el secundario y se fue a estudiar música. “Fueron muy importantes mis padres, porque el mandato social es estudiar otras carreras, hay mucho mito y prejuicio sobre los que estudian música que luego no tendrán recursos y esas cosas. Ellos me dieron el empujón que necesitaba para tomar esa decisión”.
Estudió en dos escuelas de música popular EMPA de Avellaneda y la MC Escuela de Música Contemporánea de CABA, “estudié jazz y tango, sin nunca haber escuchado un tango, y me decidí porque las opciones eran esa, el jazz o el folclore. El tango a mi vida llega así, no tengo recuerdos que en mi casa se escuchara tango, en mi formación fui yendo de lo popular a lo académico”.
-¿Cómo fue eso de anotarte en una escuela de tango sin saber nada?
-Tuve que empezar a escuchar tango, en primer año tuve como docente a Julián Peralta que es uno de los principales referentes del tango actual, es un músico que hace giras por Europa y por todos lados y fue un gran gestor en momentos en que el tango no estaba en una buena época; él me voló la cabeza es pianista y director de orquesta. Ahí dije esto es lo que quiero hacer, y me puse a full a estudiar y a escribir.
Este acercamiento al tango lo agarra en Buenos Aires “haber tenido la suerte de poder ir a estudiar a Buenos Aires me abrió la cabeza y me hizo conocer cosas que capaz que si no hubiera estudiado música no las hubiera conocido”.
Cuando el tango corrió por sus venas comenzó a organizar una agrupación tanguera local. “Formamos la orquesta de tango que forma parte de la escuela de música, es decir que el tango llego por casualidad y es algo de lo que más me gusta”, reflexiona. “He tenido mucha suerte de estudiar y trabajar de lo que me gusta, no me imagino haciendo otra cosa. Yo estoy de lunes a lunes con la música y me encanta. Está buenísimo. Y en ese sentido todo es gracias a mis viejos”, dice y menciona que lo alentaron a estudiar.
-¿Cómo comenzó el proceso de organizar las orquestas?
-Venía estudiando armonía y composición, pero es un proceso muy individual, por eso armamos en ese verano la Big band la idea era juntarse para tocar, esa tarea de producción la hizo mi madre acá, pedimos la Escuela de Música (EM)para tener un lugar para ensayar y cuando lo escuchó Daniel Virzi quedó como un proyecto de la EM.
-La importancia de tener un ámbito como la Escuela de Música.
-Lo damos como por sentado porque está. Como pueblo, como ciudad, no sé si nos terminamos de dar cuenta lo que significa tener una escuela de semejante infraestructura, con cantidad de instrumentos que se dan, cantidad de orquestas, de agrupaciones. La formación musical me parece que es fundamental independientemente si después seas músico profesional o vayas a estudiar música, y sobre todo en los chicos porque lográs un espacio con sentido de pertenencia que a veces tal vez para ese chico no lo tiene en la escuela o en su familia. Daniel Virzi es un gran director y el Municipio apoya mucho.
Larroudé hoy trabaja a tiempo completo como docente particular, de la Escuela de Música y como arreglador, músico y cesionista.
Pone su nombre en discos de cantantes en los que participa como músico o arreglador, y también realiza arreglos para las orquestas sobre canciones de los grandes del tango nacional y mundial. Hace todo, como un chico orquesta.