Mauricio Arroyo es un hombre de cuchillos. Desde hace 25 años se dedica a darle formas, de todos los colores y tamaños, con cabos de madera, cuernos
Mauricio Arroyo es un hombre de cuchillos. Desde hace 25 años se dedica a darle formas, de todos los colores y tamaños, con cabos de madera, cuernos, de lo que sea a pedido de los clientes que golpean su puerta en búsqueda de uno de estos elementos de cocina que conservan su magia a través de los años.
Existe una tradición inglesa que prohíbe regalar cuchillos ya que estos objetos afilados provocarían el fin de las relaciones entre el donante y donatario, por ello la persona que recibe el regalo debe entregar una moneda a cambio como compraventa, y es uno de los objetos que más se regalan en zonas como las nuestras con fuerte presencia de las tradiciones gauchescas.
“Lo que más hago es el cuchillo para asado, el cuchillo criollo” dijo Arroyo en FM Tiempo. “No vengo de familia de artesanos, pero me gustan los cuchillos, fui haciendo cursos, mejorando y siempre aprendiendo y nunca se termina de aprender”.
No tiene local comercial, trabaja por pedido aunque tiene algunos para mostrar, “lo hago por placer no es mi trabajo principal, hay mucha gente que sí vive de esta actividad porque hay un mercado muy amplio y muy buenos artesanos en Trenque Lauquen”.
Además de los cuchillos, hace vainas en cuero crudo y trabajos en soga. “Lo que más se utiliza hoy es la hoja de acero inoxidable, los cabos son de cuerno tallado, madera tallada o distintos elementos que el cliente quiera”. Muchos piden “recuperar cuchillos históricos porque tiene un alto valor sentimental para la familia”, para la gente de campo es una “herramienta más el cuchillo” y se trabaja de manera especial.
“El que más se vende es el de 14 centímetros para comer asado que tiene un costo mínimo de 15 mil pesos. El cuchillo es un regalo frecuente que no pierde vigencia y para el día del padre son las mayores ventas del año”, dijo.