Néstor Vega: arquero con condiciones de crack, colaborador de los deportistas y un tipo que transmite valores de vida

“En el arco, como en la vida, la revancha es la próxima jugada” dice Néstor Vega al pasar en una entrevista que concedió ayer en FM Tiempo 91.5 Mhz. El hombre de 50 años que supo defender los tres palos de Barrio Alegre en sus épocas de juventud, reflexiona que…

“En el arco, como en la vida, la revancha es la próxima jugada” dice Néstor Vega al pasar en una entrevista que concedió ayer en FM Tiempo 91.5 Mhz. El hombre de 50 años que supo defender los tres palos de Barrio Alegre en sus épocas de juventud, reflexiona que haber jugado en ese puesto tan ingrato para los futboleros te para distinto en la vida.
Del arco saltó a los gimnasios, para ser el ayudante silencioso de Germán Lauro en su época de gloria y otros deportistas (hoy por ejemplo a Pamela Araneo o Natalia Velázquez), entonces esa parábola de la vida y las revanchas, tiene mucho más sentido.
Néstor dejó el fútbol a muy temprana edad, podríamos decir en sus comienzos para un puesto que prolonga la carrera. Atajó entre los 17 y 23 años con características de crack. Una lesión en la rodilla, y su vida que se repartía en Buenos Aires y Trenque Lauquen, precipitaron una salida temprana del campo de juego pero su legado perdura. No sólo porque hoy entrena a los chicos de las inferiores del Club donde nació sino también porque habla como un hombre sabio para los pibes “el resultado es la frutilla; en el deporte lo importante es el proceso, y yo no quiero ganar a cualquier precio”, palabras que enuncia ante sus dirigidos y repite en la entrevista radial. Filosofía de la vida y del arco.
-¿Te sentís arquero aún?
-No, hace mucho que no juego ni siquiera un picadito. Desde el momento que dejé de jugar me consideré un ex arquero nunca tuve la necesidad de volver a jugar, me hubiera gustado jugar más tiempo pero no se pudo. Me retiré a los 23 años con una lesión de rodilla complicada, me había ido a estudiar y sin ritmo de entrenamientos era difícil.
-Tenías muchas condiciones.
-Pero poca altura. Hoy es aconsejable que el arquero tenga cierta altura. Si queres desarrollarte en un nivel superior tenes que medir arriba de 1,85 como arquero y la mayor parte están por encima de 1,90. Hubo muchos cambios en la forma de entrenar y benefició a los más altos. Si bien en el arco la cabeza es muy importante, siempre se dice que hay que estar medio loco para atajar, yo creo que hay que estar en los extremos o muy centrado o muy loco. Te tiene que resbalar la situación no te puede afectar tanto porque de una sola jugada podes salir muy perjudicado.
-Es un puesto muy ingrato, dicen, te patean 3 veces y te hacen un gol y te miran feo.
-El arquero está para atajar, atajás 7 pelotas de gol y saliste mal en un centro y se acuerdan todos. Es un puesto determinante, es difícil decir que el arquero ganó el partido, pero más fácil es decir que lo perdió.
-¿Vos por qué atajabas?
-Creo que porque no me gustaba correr (ríe). Disfrutaba el arco, también en handball y futbol 5. Todo empezó en un mundialito infantil de Barrio Alegre, mi padre había sido arquero en sus comienzos y luego fue delantero, él no quería que atajara porque decía que el arco tiene esto de la injusticia.
-Hoy ves que algunos cuestionan a Armani y no lo podés creer.
-Un error te condiciona y te pone en el ojo de la tormenta. El arquero es el único al que putean los rivales y los hinchas tuyos. Siempre se acuerdan de tu famila.
-¿Cómo te considerabas en el puesto? recuerdo mucha velocidad de piernas.
-Era un arquero regular, mi principal virtud era equivocarme poco. En ese momento los arqueros no jugaban con el pie, entiendo que yo tenía ventajas si se hubiera adelantado las reglas porque había sido jugador de campo en inferiores.
-¿Haber estado en el arco te ayuda para la vida?
-Lo que te deja el puesto es que la jugada pasó, tenes que bajar la persiana y la revancha la tenes en la jugada que viene. El arco no te deja vivir de recuerdos, y en la vida es igual, tenés que mirar el vaso medio lleno y hay que disfrutar y concentrarse en lo que viene.
-Los jugadores de campo no tienen esa capacidad de análisis que tenes vos.
-No, porque corren demasiado (ríe).
-¿A quién mirabas acá en tu época?
-El Mingo Guzmán fue un arquero extraordinario, no alcancé a ver a Robero Larrubia que me decían que era un gran arquero que fue tapa de El Gráfico. Yo admiré mucho también al Vasco Azurrabarrena.
-Creo que vos estás en el top ten de la historia local.
-Es difícil que uno pueda ponerse en ese lugar. Te digo que hoy hay buenos arqueros en Trenque Lauquen.
-¿Por qué seguís entrenando a las inferiores?
-Porque es una pasión. Cada noche como la de ayer me pregunto qué hago acá con 50 años, con una helada terrible. Pero llego a mi casa, me baño y ya recargo las pilas pensando el entrenamiento que viene. También entrené en primera hace unos años, son tareas distintas porque con los chicos trabajás más en lo formativo, en el caso de los grandes entrenás táctica.
-Tenés un hijo futbolista.
-Tengo 3 hijos, un varón y dos mujeres. El mayor es futbolista profesional, Alexis, con carrera en el ascenso. De chico hizo básquet y atletismo, era lindo verlo atajar cuando era chico pero no tenía altura tampoco y eso no te da proyección para el fútbol de hoy. Hoy juega en San Martín de San Juan, tuvo paso por Chacarita, Santa Marina de Tandil, y otros equipos.
-¿Vas a la cancha a verlo? ¿cómo te llevas con las puteadas?
-Lo he visto en distintos equipos, pero yo tomo el partido como si nada. No me pongo a escuchar las puteadas, yo disfruto de ir a verlo. Mis hijas mujeres que viven en Buenos Aires cuando vienen me acompañan a la cancha.
-Hablamos un poco de tu trabajo actual en los gimnasios y tu vinculación con los deportistas.
-En el gimnasio recibimos a Carlos Llera que tenía un equipo de atletismo y tuve que ponerme a estudiar y ver los complementos con deportes.
-Con Germán Lauro hiciste un gran laburo ¿te sentís parte?
-Si claro. Es importante el reconocimiento del atleta, Pamela Araneo nos menciona en su nota, muchos van al gimnasio a entrenar y el atleta te devuelve aunque sea con un abrazo solamente, para nosotros es importante. Germán consiguió sus resultados viviendo en Trenque Lauquen, entrenando aquí, fue importante para el deporte local. Hoy también va Natalia Velázquez, otros hacen pretemporada como Marcos Lobosco, Oscar Cuelli, Sebastián Rodecker entrenó con nosotros, son muchos.
-Además de darle una rutina de entrenamiento ¿haces un acompañamiento humano y cercano al deportista?
-Hay que encontrar lo que necesita el atleta. El trabajo está diagramado de manera estándar, hay un parámetro variable de cargas o repeticiones, entonces tenés que ver qué va a buscar el atleta. Yo hablo mucho con ellos, la familia, la alimentación. La cabeza maneja todo en el deportista y hay que estar siempre bien. Disfruto mucho de esto, cada vez que alguien va con un objetivo me gusta sentarme y planificar.
-Del mismo modo entrenas al amateur o al que sólo busca bajar de peso.
-Si claro, le prestamos la misma atención a todos. Hoy después de la pandemia muchos tomaron conciencia, y me incluyo, que tenemos que hacer deportes y ocuparnos de nosotros. Yo por una cuestión de salud me estoy cuidando ahora, he aprendido a controlarme más con la comida.
-Como si fuera poco lo que hacés, también estás en la comisión de boxeo.
-Si, es un deporte que me gusta. La casa de mis padres está a la vuelta del club Sarmiento en momentos en los que el deporte tenía muchos representantes. Abel Bruer daba clases ahí, pero también lo veía entrenando a los chicos en Barrio Alegre. Siempre me gustó, me quedaba mirando los entrenamientos cuando era chico. Una vez Federico Ram me invitó a la comisión y soy el vicepresidente. Somos entusiastas que nos hemos tenido que ir perfeccionando en temas reglamentarios y la idea es contribuir al desarrollo en un marco de seriedad que a veces no se ve mucho entre los organizadores. Hay un reglamento que hay que hacer cumplir.
-¿Alguna vez entrenaste como boxeador?
-He saltado la cuerda, pegado a la bolsa y algún guanteo, pero nada más.
-¿Qué es más difícil el guanteo o enfrentar a un delantero en un mano a mano?
-En el guanteo con un movimiento de piernas podés zafar un ratito, en el arco es una jugada un remate y no más.
-¿Se relacionan los deportes? hay miles de tangos de boxeadores y futbolistas.
-Las piernas son clave, los desplazamientos y el timing. Cuando vos ves a un boxeador mover bien las piernas te das cuenta que sabe. A muchos da gusto verlo. Lo que veo hoy del boxeo argentino hoy es que se busca volver a fortalecer a los jóvenes que era una parte olvidada, se está intentando organizar lo amateur y las competencias cadetes y juveniles que es lo que no muestra la TV y donde no hay negocio. A nivel mundial antes había peleas más estelares, los mejores boxeadores se cruzaban porque había solo dos 2 asociaciones.
-¿Estás conforme con todo este recorrido de tu vida y el deporte?
-Estoy agradecido a mi vida porque la disfruté y la sigo disfrutando. Estar vinculado al deporte es muy importante es un medio de enseñanza con otro lenguaje que no es la escuela, pero es un aprendizaje diario.
-Las familias hoy tienen muchos problemas y entran ustedes ahí los formadores de los clubes a jugar un papel clave.
-La situación del país se nota mucho en los clubes. Hay pibes que trabajan de muy chicos, los padres trabajan todo el día, chicos que se crían solos. Hay situaciones complejas y nosotros hacemos lo que podemos, la escuela también, y todo ponen lo suyo pero hay un disconformismo generalizado.
-Los clubes son fundamentales.
-Si, también muchas otras organizaciones que trabajan con los pibes y lo hacen bien. Nosotros queremos que los chicos vayan a lugares donde la pasen bien no solo un club, no solo que juegue a la pelota sino que baile, toque música, lo que fuera.
-Es importante que un chico pueda escucharte como hablas, de los valores que transmitis.
-Valores que a uno le inculcan y hay que transmitirlos. Hay que ser honestos, en el deporte el resultado es la frutilla, lo importante es el proceso. Todos jugamos para ganar, a mi no me da lo mismo ganar que perder, pero no se puede ganar a cualquier precio. Ese es el mensaje, darle importancia al proceso, si el resultado llega bienvenido y sino habrá que seguir trabajando y buscando el camino.


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