Ricardo James es propietario de un frondoso historial profesional que cuesta elegir por dónde empezar. El médico especialista en ginecología es palabr
Ricardo James es propietario de un frondoso historial profesional que cuesta elegir por dónde empezar. El médico especialista en ginecología es palabra mayor en el orden nacional en ámbitos académicos, con libros, trabajos y medallas de la Academia Nacional de Medicina incluido. Sin embargo, este trenquelauquense de 62 años abona el bajo perfil, evade hablar sobre sí mismo y prefiere dar datos e información sobre la salud reproductiva.
Aunque nunca cortó su relación con la ciudad, hace muchos años que ya no reside aquí. Fue al Colegio Politécnico y al Instituto Miguel Di Gerónimo antes de poner un pie en la Universidad de Buenos Aires en 1976 y ya no volvió más. Sí, claro, viene de visitas. Tiene una casa aún en las anchas avenidas que vienen y que van, la misma en la que creció en calle Belgrano y también parte de su familia aún reside aquí y amigos y colegas con los que se relaciona frecuentemente como los médicos Diego Pérez Zabala y Laura Orellana.
James es especialista en fertilidad y reproducción. Acaba de ganar una distinción de la Academia de Medicina. Se trata del Premio Dr. Edgardo Nicholson al mejor Trabajo sobre Ginecología, realizado por un equipo multidisciplinario compuesto por 8 prestigiosos profesionales, y se refiere a la preservación de la fertilidad en mujeres menores de 40 años con cáncer de mama. También es autor del libro “Impacto de las técnicas de reproducción asistida” y cuenta también entre sus logros haber integrado el equipo que logró que una madre con trasplante cardíaco diera a luz, un hecho que es considerado un hito nacional motivo por el cual fue entrevistado en canales de TV nacionales.
James prefiere relativizar todas sus medallas. “Cada vez que me presentan en algún lugar y enumeran esas cosas yo digo que mi mayor logro fue haber salido campeón de básquet juvenil en 1974 con Argentino de Trenque Lauquen, en una final que le ganamos a Ferro” dice y ríe.
Entonces se detiene y recuerda. “Esos años eran maravillosos, hacíamos atletismo con Cleman Azpiroz y me gustaba mucho el básquet, le ganamos ese partido a Ferro que tenía a Gustavo Collado entre otros, un gran amigo mío que vive también en Buenos Aires”.
Su padre era ingeniero agrónomo y su madre era hija de médicos, y recuerda, que “nunca fue negociable no estudiar, siempre tuve en claro que tenía que ir a la Universidad”.
En los 80 ganó una beca y residió 2 años en Francia a donde fue a especializarse en fertilidad y reproducción asistida cuando el mundo comenzaba a hablar sobre ese tema. Finalmente se recaló en Buenos Aires en el Centro de Educación Médica e Investigaciones Clínicas (CEMIC) donde ejerce hasta nuestros días “hacemos docencia, asistencia e investigación”.
¿Por qué la Academia de Medicina le dio el premio? “Es por los resultados de un programa para preservación de la fertilidad en cáncer de mama en mujeres menores de hasta 40 años. El 5% de la población de entre 15 y 40 tiene cáncer en el mundo y la sobrevida es del 80% entonces a estas mujeres pacientes le ofrecemos un tratamiento oncológico sino también una expectativa para que pueda ser madre y hay estrategias probadas para preservar la fertilidad como es congelar óvulos. El premio no importa, lo que importa es la esperanza que se abre para estas mujeres”.
A lo largo de la charla, Ricardo James brindará información todo el tiempo, es como un río caudaloso de datos que hay que ordenar por etapas. Uno de los temas que abordará es la menopausia. “En el año 0 –dice- la expectativa de vida era 25 años; en 1950 se duplica a 50 años, en el año 2000 llega a más de 80 años. Entonces en la década del 80 estudiar la menopausia era algo nuevo porque el promedio de vida de la mujer hasta 1950 era de 50 años”.
“Hoy la mujer va camino a vivir la mitad de la vida en la menopausia entonces la ciencia avanza y estudia. Está comprobado que cuando la mujer entra en esta etapa en edad promedio de 50 años tiene síntomas que afectan la calidad de vida, en lo cognitivo, lo autoinmune, en lo cardiovascular y surge el tratamiento que se denomina reemplazo hormonal. La terapia de reemplazo hormonal hoy se hace en todos lados, pero es un tratamiento individualizado para cada paciente”.
-¿De qué hablamos cuando hablamos de la preservación de la fertilidad?
-Se trata de mujeres con deseos de fertilidad futura. Hay dos aspectos uno médico y otro social. El médico es claro, hay un tratamiento oncológico que hay que ayudar y lo social tiene que ver con mujeres que no se quieren embarazar en algún momento de la vida porque están abocadas a su trabajo y entonces reservan óvulos con el estatus quo de la edad de la mujer en ese momento. Así la mujer con 42 años puede desarrollar un embarazo pero con la fertilidad de la capacidad de los 35 años.
Antes del tratamiento oncológico “muchas mujeres deciden congelar óvulos y eso está cubierto por las obras sociales”, aclara y dijo que está regulado por la ley.
James insiste en otro concepto: “La especie humana es poco fértil, sólo el 20% de posibilidades”. Con la fecundación in vitro “podemos duplicar la naturaleza y llevarlo al 40% pero sigue siendo difícil el embarazo”.
“Hoy se posterga la maternidad por razones laborales y entonces es cada vez más difícil lograr un embarazo a una edad más avanzada”.
TRENQUE LAUQUEN
En el final, habló sobre su ciudad natal: Trenque Lauquen “me encanta, es un lugar mágico vuelvo cada vez que puedo, tengo parte de mi familia aquí; es parte de mi familia emocional son cosas que te generan placer y te disparan esos olores proteínas almacenadas que te generan placer”.
“Es un lugar hermoso para vivir, la gente se complica y elige ciudades lejanas para vivir cuando aquí tienes una calidad de vida excelente y estas cerca de CABA. Trenque Lauquen es París”, dijo.