Tras 40 años en el servicio de enfermería Delia Giovanelli se jubilará a fines de mes en la Clínica García Salinas. En estas cuatro décadas siempre
Tras 40 años en el servicio de enfermería Delia Giovanelli se jubilará a fines de mes en la Clínica García Salinas. En estas cuatro décadas siempre estuvo vinculada al área de obstetricia y pediatría, ayudó a nacer a tres generaciones de trenquelauquenses y del mismo modo trabajó junto a unas tantas generaciones de médicos locales.
Siempre abonó un bajo perfil, pero en los últimos días de profesión aceptó la invitación para hacer una entrevista radial en FM Tiempo 91.5 Mhz la única nota que dio su vida. “Siempre supe que quería ayudar a los demás”, dijo durante su presencia en el estudio radial.
“Es el punto final a la actividad en relación de dependencia y asistencia hospitalaria, pero voy a seguir vinculada a la actividad de manera privada” sostuvo.
Su carrera comenzó en 1984 luego de estudiar 3 años la carrera de enfermería. “En el Hospital hice algunos años de suplencias cuando se fundó neonatología luego di algunos cursos allí pero siempre trabajé en la clínica Orellana en su momento y después en la García Salinas. Empecé en 1984, se cumplirían 40 años en 2024”.
Participando en todos los nacimientos “voy recibiendo niños de tercera generación, fíjate que hace 40 años ya participaba de nacimientos, de personas que hoy algunos de ellos son abuelos”.
-¿En qué momento de tu vida decidiste que querías ser enfermera?
-En 1980 terminé la secundaria y no teníamos recursos para estudiar en otra ciudad, y justo en ese momento se abrió la carrera de enfermería en Trenque Lauquen que la dictaba María Celia Vicente y entendí que esa era mi oportunidad, no había en la familia nadie vinculado a la salud, fue una decisión personal. Cuando entré me di cuenta que era lo mío, que estaba para ayudar a los demás.
-¿Siempre estuviste vinculada a los chicos?
-Desde el primer momento empecé a hacer prácticas en obstetricia y me gustó siempre me quedé ahí con los chicos. Al principio con los adultos mayores me costó por tener un abuelo con una enfermedad grande era difícil hacer prácticas en el geriátrico, con los años me fui encontrando en la atención de adultos.
-La enfermería es una profesión muy sacrificada y con muchos sinsabores.
-Es una profesión sacrificada y tiene sinsabores, hay muchas cosas que se dejan si uno le dedica toda su pasión, la hermana Arcelia me dijo una vez si usted quiere hacer una buena enfermera se tiene que desprender de todo alrededor y en realidad es así te va llevando la profesión y te va dejando cosas sin hacer, no sé si eso es un sinsabor porque yo sé que estoy destinada a ayudar a los demás. Todos los que estamos en Salud dejamos una parte de nuestra vida aquí y todos terminamos con dolencias, tengo una cirugía de columna y me tengo que cuidar.
Delia además de ser enfermera de la Clínica tiene una enfermería propia y asiste y ayuda a madres en los primeros días, sobre todo en el vínculo con el recién nacido. “Una parte de la enfermería es contener, ayudar enseñar, por eso me llaman muchos padres y me siguen llamando. Uno no está sólo para tomar la presión y dar una inyección, esta para ayudar”.
TRABAJO EN LA CLÍNICA GARCÍA SALINAS
“La sala de partos y quirófano es un lugar habitual como recinto pero es un espacio de mucha adrenalina y mucha atención, en mis primeros años no me parecía algo tan complejo, pero van pasando los años y vas incorporando una carga, con más adrenalina porque se conjugan varias cosas que deben estar todas bien, el parto se llama natural pero a veces tenés que salir corriendo con algo o se extiende 48 horas después con el final del proceso, hay una alerta que se enciende y que tienes que contener a toda la familia”, contó sobre la experiencia.
La enfermera además es muy importante para la persona internada “estamos todo el día con el paciente internado y se crea una fuerte empatía, estamos para eso, para solucionar las cosas, no podemos estar llamando al médico todo el tiempo” y en el caso de la internación de chicos “tenés a toda la familia adentro, el chico casi nunca habla para decirte que le duele”.
–También imagino existen momentos difíciles y de tristeza que te da el trabajo con los chicos.
– Cuando algo no sale bien te afecta, porque siempre pensás que pudiste hacer algo más. Antes el niño nacía y ahí conocías la situación, hoy hay muchos avances y ya sabemos cómo va a ser el nacimiento y estamos todos preparados para la adversidad. Siempre es angustiante y siempre hay adrenalina en ese momento porque tus manos están ahí para ayudar en un momento difícil.
-¿Te llevas esos temas a tu casa, o los dejás en la Clínica?
-No me llevo esos temas a mi casa, cuando llego le cuento a mi marido lo que pasó, hablamos pero se terminó ahí, al otro día me intereso sí pero trato de no llevarme esos temas a mi casa, cuando era más joven me llevaba más.
-¿Qué te dio la enfermería?
-Me dio tanto…en el sentido del reconocimiento de mis compañeros enfermeras y médicos, y sobre todo el de la gente, me siento conforme con lo que hice y que sirvió para algo, para ayudar a alguien, es una etapa cumplida me voy con la sensación del respeto de parte de la gente.
Su jubilación se hará efectiva a fines de mes. Le pondrá punto final a 40 años de trayectoria en la empresa, con avances médicos importantes y “como si fuera poco me tocó pasar una pandemia pero no la pasamos mal en la Clínica, había mucho protocolo pero fuimos todos aprendiendo con el tiempo”.
Delia es una enfermera de pueblo. Todos tienen su número de teléfono, casi todos la llamaron cuando el nene no tomaba la teta, cuando no dormía, cuando los nervios de los padres primerizos dimensionaban un problema que hoy a la distancia parece menor pero era enorme en aquel entonces. Allí estaba la mano de Delia, su voz de aliento, su contención. Por eso hoy todos la respetan, la quieren y le agradecen todo lo que hizo por los demás.
