Beruti, pueblo lindo

Beruti, pueblo lindo

Casi todos los pueblos del noroeste bonaerense tienen un nacimiento épico, de lucha y batallas marcadas por lo que se denominó la conquista del desier

Casi todos los pueblos del noroeste bonaerense tienen un nacimiento épico, de lucha y batallas marcadas por lo que se denominó la conquista del desierto. Una lucha atrás en el tiempo. Sin embargo, Beruti en el distrito de Trenque Laquen, también tiene una parábola pero más moderna de resurgimiento contra viento y marea.

Ese punto histórico está marcado por las inundaciones de la década del 80 y puntualmente en el año 1987 cuando el éxodo fue casi total. Ante la amenaza del agua que se colaba por las esquinas la gente dejaba sus casas y hasta se esbozó la idea de “mudar” a la ciudad cabecera a los berutenses que quedaban. Surgió allí una rebelión popular que cortó de cuajo aquella moción y plantó la bandera de los que resistían a abandonar su pueblo. Aquella manifestación en la plaza Guazzone fue el nuevo nacimiento de Beruti, fue su inauguración moderna, fue su capítulo épico.

Es fácil escribirlo y rememorarlo hoy con los pies secos y con el agua lejos, pero no lo fue para aquellos valientes pobladores que marcaron un antes y un después en una pequeña población de la pampa húmeda, que pasó de criar vacas y soportar secas en las que las liebres morían detrás de los palos -según dicen los memoriosos- a pescar pejerrey en lancha. Una historia impensada que cambió los hábitos y costumbres, y que reinventó la economía del pueblo que ahora vive de la actividad pesquera.

Beruti es eso, es una historia de lucha y superación, de un pueblo solidario que quiere seguir siendo un pueblo chico, aunque tiene condiciones de confort como casi ninguno en el país. Es difícil recorrer la geografía nacional y encontrar una localidad de 1300 habitantes que tengan acceso al agua, cloacas, electrificación y gas por red. Además de dos médicos permanentes, dos ambulancias, un geriátrico, un jardín maternal, una escuela agropecuaria,un polideportivo y otras tantas cosas que para los berutenses es habitual pero que no todos los pequeños pueblos pueden decir lo mismo.

Beruti es un pueblo lindo. Donde los chicos juegan en la calle, las bicicletas están en la vereda y sin candado, las calles están limpias y ordenadas al igual que su plaza principal.

Ayer y hoy

Daniel Fernández es el delegado municipal. Fue electo por el voto popular porque así lo establece una ordenanza municipal. Su familia es berutense, pero por cuestiones laborales de sus padres, nació en Carlos Tejedor, aunque toda su vida la hizo en Beruti. Es uno de aquellos que resistió en 1987 y al igual que todos los berutenses es orgulloso de su pueblo.

“Hoy tenemos falta de viviendas porque es mucha la gente que se quiere radicar aquí” dice Fernández en el comienzo. Es que el pueblo, agrega, tiene muchas ventajas: “Beruti tiene todos los servicios en la planta urbana gas, agua, cloacas, pavimento, electricidad y estamos a 20 minutos de Trenque Lauquen. Tenemos todo con el capital de pueblo, la gente sale a caminar, los chicos juegan en la calle, la gente deja las bicicletas en la vereda. Si recorrés el interior de la provincia no hay muchos pueblos como el nuestro, a casi todos les falta algo o el pavimento, o el gas o las cloacas, acá tenemos todos”.

También tienen un buen sistema de salud con médicos permanentes y con especialistas que realizan visitas semanales.

Pero hay una herida abierta. La empresa Giat y Bat, una fábrica textil que empleaba a 400 personas (350 mujeres) cerró en la década del 90. “Esa empresa movía el pueblo la gente luego fue mutando, hacia el sector agropecuario, los tambos y distintas actividades sobre todo la pesca que es para nosotros hoy lo que era Giat y Bat son todos avances en la parte laboral”.

ADN

Cómo son los berutenses. Fernández piensa. Se toma su tiempo. “Somos solidarios, se nos fue mucha gente en la inundación, en 1987 nos desmembramos totalmente alrededor de la plaza se regalaban los terrenos porque era más barato regalarlo que pagar los impuestos, después empezó a crecer nuevamente con servicios”.

En su momento “quedó un núcleo muy chico de gente, sobre todo jubilados y ahora está el auge nuevamente que la gente se quiere radicar aquí”. Beruti dio vuelta la historia, pasó del éxodo a atraer gente que quiere vivir en un lugar sin inseguridad ni problemas de grandes ciudades.

“Nosotros somos orgullosos de nuestro pueblo, algunos dicen ‘Beruti está muerto’, a nosotros nos gusta vivir así, nos gusta la tranquilidad, si querés ruido este no es tu lugar, si querés algo más tenes que ir a Trenque Lauquen. Acá hay muchas cosas que no tenemos, pero otras que sí y eso es lo importante”.

“La gente de otros pueblos que vienen dicen que Beruti es hermoso, es un pueblo lindo, a nosotros nos pone orgullosos”.

Historia de lucha

“Con la inundación estuvimos a punto de desaparecer, nos quisieron trasladar a Trenque Lauquen, llevarnos a todos allá. Los pobladores que quedaban hicieron una pueblada en la plaza, la luchamos, la superamos, hicimos un montón de obras, se hizo un anillado de desagües para poder darle solución a las inundaciones, podemos extraer el agua con bombas, hoy tenemos este presente” dice inflando el pecho Fernández.

-¿Usted que es de acá, pensó alguna vez que de criar vacas iban a terminar pescando pejerrey?

-Cuando era chico mi hermano salía a cazar, me invitó un día a ir con él. Como era chico no me bajé del rastrojero, él se puso a cazar donde hoy está la laguna, no había agua, era tierra seca, los alambres se caían por los cardos rusos, las liebres se morían detrás de los palos. Todo cambió,  desde 1987 convivimos con el agua.