Cuando Abel “El Principio” Adriel levanta el teléfono va camino a Mercedes, provincia de Buenos Aires. El cielo ya pronostica lluvia y viento que se
Cuando Abel “El Principio” Adriel levanta el teléfono va camino a Mercedes, provincia de Buenos Aires. El cielo ya pronostica lluvia y viento que se desatará fuerte a la noche. Ya está cerca de la ciudad de Buenos Aires, donde pasará la noche antes de volar a África, un destino exótico para el boxeo pero que puede ser el lugar que le haga realidad su sueño mundialista.
Adriel cierra el año de una manera que nadie esperaba. Un año de pandemia y casi sin actividad deportiva y en el que el boxeo fue uno de los deportes que más tarde retomó la actividad, le sonó el teléfono para invitarlo a una cita mundialista con un título internacional vacante y no lo dudó. “Que la gente sepa que yo voy a dejar todo”, dice cuando habla con OESTE BA en la ruta, camino a la gran ciudad, con sueños grandes.
“Estamos bien, fuertes, con ganas. Se pactó en la categoría medianos, de 72.500 kg que es mi categoría así que estoy bien a 10 rounds. Ya estuvimos mirando los videos de nuestro rival, él es un boxeador profesional que vive del deporte y entrena en Francia pero encontramos lugares donde podemos entrar, creemos que nosotros somos más rápidos y ahí puede estar la clave de la pelea” se entusiasma El Principito.
No es la primera vez que Adriel sale del país. Ya tiene competencia en Canadá, Rusia y Brasil. Ahora pisará suelo africano. La pelea es el viernes 18 de diciembre en Abiyán, una ciudad del sur de Costa de Marfil, donde Doumbia Youssouf alias “Yéo l’Abobolais”, es local. Es campeón africano de la IBA y ahora quiere ser campeón mundial.
“Será una pelea dura, esperemos poder meter una mano rápida para definir antes la pelea. Sabemos que él vive del deporte y que entrena en Francia. Hemos visto sus videos y tenemos un plan de pelea”.
Adriel de 31 años y 46 peleas profesionales, dice en la charla con OESTE BA que transita los últimos años de su carrera, que aspira a llegar a las 50 peleas como profesional y pasarse a retiro, por lo que asume esta cita con un cinturón vacante como una gran oportunidad.
“Siento el acompañamiento de la gente de Trenque Lauquen, de todas las escuelitas de boxeo, de los vecinos que siempre me dieron su apoyo, mi hermano Roberto y Tito Frank que me ayudaron con los guanteos y todos en la ciudad. Le digo a la gente que estén tranquilos que voy a dejar todo, ganas me sobran, estoy bien y voy con toda la fe”.
No fue un año fácil para los deportistas en general y para los argentinos en particular porque el deporte volvió muy tarde, y los deportes de contacto ni siquiera aún están autorizados para entrenar. Los gimnasios de boxeo entrenan con púgiles solos, sin poder hacer guantes lo que les ocasiona una enorme desventaja frente al resto del mundo.
Pero a Adriel nada lo detiene. “Fue un año muy difícil, pero yo gracias al camión de la basura (trabaja como recolector municipal), pude estar activo todo el año, y con el gimnasio en mi casa siempre algo pude ir haciendo, no como quería pero siempre hice algo”, señala. Su condición física y velocidad siempre fue su fuerte y espera que esas ventajas comparativas le permitan inclinar la balanza de la pelea y traer el título para Trenque Lauquen. “Ya estamos entrenando a Buenos Aires, el vuelo es mañana (por hoy viernes) a las 9” dice y despega el sueño de un boxeador que quiere ser campeón mundial.