“Necesitamos 100 Trenque Lauquen” concluye una carta que el diputado provincial de Entre Ríos José Antonio Artusi (JXC) publicó en el diario Visión F
“Necesitamos 100 Trenque Lauquen” concluye una carta que el diputado provincial de Entre Ríos José Antonio Artusi (JXC) publicó en el diario Visión Federal Noticias y en la que recrea el recordado discurso de Domingo Faustino Sarmiento que en momentos de asumir la Presidencia de la Nación en su discurso citó la necesidad de recrear “100 Chivilcoy”.
En la nota en cuestión, el legislador destaca la política de viviendas, el plan de círculo cerrado, el acceso a la tierra y todo lo concerniente con esta materia.
En la nota titulada “100 Trenque Lauquen» una propuesta contemporánea de los «100 Chivilcoy» de Sarmiento, señala textualmente:
“El 3 de Octubre de 1868, 9 días antes de asumir la Presidencia de la República, Sarmiento brindó un discurso en Chivilcoy. Allí pronunció esta frase: “Les prometo hacer 100 Chivilcoy en los seis años de mi gobierno y con tierra para cada padre de familia, con escuelas para sus hijos”.
La expresión “100 Chivilcoy” utilizada como metáfora de un programa de gobierno, basado en la inmigración, la colonización, la transformación agraria, la ocupación efectiva del territorio nacional unido por líneas férreas y comunicado por el telégrafo, la fundación de nuevas ciudades en un esquema que equilibrara la macrocefalia porteña, la promoción de la agricultura, la industria y el comercio, la participación ciudadana centrada en la autonomía municipal, y la educación pública, laica, gratuita y obligatoria.
En aquel memorable discurso Sarmiento también expresó lo siguiente: “He aquí mi programa, y si el éxito corona mis esfuerzos, Chivilcoy tendrá su parte en ello, por haber sido el pionero, que ensayó con mejor espíritu la nueva Ley de Tierras, y ha demostrado que la pampa no está condenada, como se pretende, a dar exclusivamente pasto a los animales, sino que en pocos años, aquí, como en todo el territorio, ha de ser luego asiento de pueblos libres, trabajadores y felices”. Todos sabemos que Sarmiento lo quiso como nadie, que sabía cómo hacerlo, y que su programa se llevó a cabo a medias.
Pues bien, así como Sarmiento pudo decir “100 Chivilcoy” en el siglo XIX, nosotros necesitamos decir “100 Trenque Lauquen” en este momento. Le debo la expresión a Sebastián Welisiejko, ex Secretario de Integración Socio Urbana de la Nación, que la pronunció en una charla que compartió con Héctor Floriani sobre la marginalidad urbana. Qué quiero decir con “100 Trenque Lauquen”, la versión contemporánea del “100 Chivilcoy” Sarmientino? Una metáfora de un nuevo programa de gobierno, emparentado con aquel, que tenga a la reforma urbana, al derecho a la ciudad y a la vivienda para todos, y al logro de territorios más equitativos y prósperos como uno de sus rasgos centrales.
Y por qué Trenque Lauquen? Porque esta ciudad bonaerense es un ejemplo exitoso de políticas públicas aplicadas consistentemente a lo largo de varios períodos de gobierno en procura de esos objetivos. Porque en un país como el nuestro el acceso al suelo y a la vivienda y la construcción de un hábitat más justo e integrador aparecen como asignaturas pendientes que no podemos soslayar si queremos realmente construir una sociedad democrática y desarrollada, en la que se hagan realidad los derechos y garantías consagrados en la Constitución y las leyes, en la que todos tengan realmente la oportunidad de desarrollar proyectos de vida en condiciones de libertad e igualdad.
Qué ha hecho Trenque Lauquen para que la utilicemos en esta metáfora? Ha puesto en marcha una serie de programas y proyectos que la colocan a la vanguardia en nuestro país en materia de recuperación y reinversión de la valorización inmobiliaria que se genera en el precio del suelo como consecuencia de acciones generadas desde el Estado, básicamente inversión en obras públicas de infraestructuras y equipamiento, pero también por efecto de las modificaciones en la normativa y las decisiones administrativas referidas a la posibilidad de urbanizar, subdividir, construir de acuerdo a ciertos indicadores urbanísticos, admitir determinados usos, etc. Y esa estrategia es clave a la hora de encontrar mecanismos eficaces y viables de financiar el desarrollo urbano, teniendo en cuenta el principio del reparto equitativo de las cargas y beneficios que éste supone.
En un país con altísimos niveles de déficit habitacional, con un problema estructural para brindar a sus ciudadanos acceso al suelo urbanizado en condiciones dignas, con el enorme desafío por delante de integrar a la ciudad a más de 400 barrios populares y a la vez detener de manera estructural y permanente el problema de la marginalidad urbana; es menester recordar lo que Joan Clos nos dijera en Mendoza en 2007, que el desarrollo urbano genera más valor del que cuesta. El problema en quien se queda con esa diferencia de valor.
En una charla organizada recientemente por la Fundación Alem el Intendente de Trenque Lauquen, Miguel Angel Fernández, además de reconocer que obviamente no están exentos de problemas y que todos los días surgen nuevos desafíos, mostró algunos de los valiosos logros que pueden exhibir, en una verdadera política de Estado que va desde la Ordenanza de Círculo Cerrado de Viviendas hasta la Ordenanza del Fondo Municipal de Tierras y la Aprobación del Plan Director de Ampliación Urbana, entre otras normas y programas.
En Trenque Lauquen no hay “barrios populares” (ese eufemismo que hemos acuñado para referirnos a las villas y asentamientos informales que evidencian el fracaso desde hace décadas en facilitar a todos el acceso al suelo urbanizado en condiciones adecuadas) ni “barrios cerrados” (ese eufemismo, casí un oxímoron, que hemos acuñado para referirnos a urbanizaciones que reniegan de la ciudad y constituyen ghettos para quienes pueden afrontar el costo de esta segregación voluntaria). Tampoco hay conjuntos de viviendas sociales ubicados en periferias carentes de vida urbana. En otro artículo nos hemos referido a estos 3 modelos como la “NO ciudad”, la expresión residencial y territorial de una sociedad cada vez más desintegrada y desigual, cada vez más injusta e insegura, insalubre e insostenible.
Para volver a tener “ciudades” en el verdadero y pleno sentido del término, ámbitos físicos de la búsqueda en común de un futuro mejor, para lograr un hábitat que contribuya a construir ciudadanía, a promover la prosperidad, la justicia social y la convivencia pacífica y solidaria, Trenque Lauquen puede ser un espejo muy valioso en el que mirarnos.
Necesitamos 100 Trenque Lauquen”.