Maia habla. Maia ríe. Maia puede moverse. Todo eso junto a su fiel compañero: Gato. Gato es un caballo, del equipo de Agustina Logotetti, un
Maia habla. Maia ríe. Maia puede moverse. Todo eso junto a su fiel compañero: Gato. Gato es un caballo, del equipo de Agustina Logotetti, una reconocida profesional trenquelauquense que trajo a la región la novedad de la equino terapia, una terapia complementaria para personas con discapacidad y que –dicen- logra resultados concretos.
Maia es una niña de 11 años, que hace 10 sufrió una parálisis cerebral y de no tener ningún movimiento ni pronunciar palabra, ahora se comunica con sus caballos “Chocolate”, “Gordo” y ahora “Gato”. Su madre dice que hasta se logra incorporar y mover el tronco del cuerpo, avances sustanciales.
Agustina Logotetti dirige una clase de equitación con los pies dentro del barro porque a la mañana llovió. Ahora es de tarde, el sol primaveral obliga a buscar sombra. Es psicopedagoga, pero eso es anecdótico. Su pasión son los caballos y ayudar a los chicos, algo que logra reunir en medio de la pista, con los pies en el barro.
Los Logotetti son una familia de tradición ecuestre, y casi cuesta imaginarlos sin montar un caballo. Su hermano Julián es un destacado instructor de equitación y fue quien hace varios años dio los primeros pasos en esto de la equino terapia que en nuestra región replica fuerte en Pellegrini y General Villegas.
“A los 13 años me sumé como voluntaria a la equinoterapia donde mi hermano estaba como instructor y cuando llegó el momento de la elección de la carrera universitaria me decidí por reunir las dos pasiones que son los caballos y poder ayudar a los chicos, comencé a estudiar psicopedagogía y de manera paralela me formé en equinoterapia, en La Plata comencé como voluntaria y después no paré más”. En 2012 presentó un proyecto en Trenque Lauquen y la Sociedad Rural lo cobijó hoy tiene allí a 17 jinetes pacientes.
“Los resultados son maravillosos, la conexión que se establece entre los chicos y los caballos es increíble, hay chicos que les da una gran motivación de querer montar y manejar el animal, se trabaja la parte de la postura y otras, esto es un complemento de las terapias, pero tenemos ejemplos concretos de chicos que se bajan y llevan su caballo hasta la silla de ruedas”.
Pellegrini y Villegas
Belén Beccar está a cargo de Equinoterapia Pellegrini, un espacio que se formó hace unos años con Agustina Logotetti al mando, y cuenta con varios profesionales. “Actualmente concurren 20 chicos los viernes turno mañana y turno tarde. Hay grupos de 4 jinetes donde se da una mirada más recreativa y donde se trabajan habilidades sociales y jinetes individuales donde el abordaje es más terapéutico”, dice Belén.
Ella es terapista ocupacional y cuenta que realizan “tareas abajo en un sector preparado para cada jinete o grupos, como también del caballo como el cuidado del animal y arriba del caballo actividades que implican coordinación y demás”.
En General Villegas funciona ADERID una ONG que hace rehabilitación de personas con discapacidad.
Analía Campana está al frente del proyecto. Del otro lado del teléfono cuenta “en el año 2009 arranca el proyecto de equinoterapia; sigue siendo una terapia de rehabilitación donde sí o sí tiene que haber un terapeuta de la salud o de la educación como kinesiólogos, terapistas, ocupacionales psicopedagogos, psicólogos, etc.
“Actualmente contamos con aproximadamente entre 15 y 20 terapias, son a campo abierto se hacen en corrales al aire libre y siempre hay solamente un paciente con terapeuta guía y asistente pero no participan varios pacientes al mismo momento ni varios caballos al mismo momento”
Por una ley
En el ámbito de la equinoterapia se pide por una ley nacional que regule la actividad. “Que permita hacer la diferenciación como método terapéutico donde hay profesionales de distintas áreas en la pista y se pueda diferenciar de actividades con caballos que son muy lindas pero pueden ser recreativas. Con esto quiero decir que una vuelta a caballo no es equinoterapia”, la explicación es de Agustina Logotetti.
Esto es “básicamente para brindar un buen servicio al jinete paciente y brindarle seguridad porque trabajamos con un animal de gran porte, nosotros estamos avalados en la terapia que tiene tres principios que es la transmisión de impulsos rítmicos, la transmisión del calor corporal y el patrón de locomoción inherente a la parte humana, si estas cosas no se dan no sería equinoterapia”.
Desde General Villegas también dijeron que “apostamos todo para que salga la ley de equinoterapia”. Antes creen que debería sancionarse una ordenanza municipal, luego la ley provincial y llegar finalmente al Congreso de la Nación.
En ADERID el abordaje es más amplio porque cuentan con un centro de día y se trabaja con diversas patologías y de manera multidisciplinaria, dijeron.
Belén Beccar señaló que es “muy gratificante a nivel profesional ver las caras de felicidad de los chicos y jóvenes cuando logran manejar de forma independiente un animal tan grande y a su vez dócil”.
También dijo que se está reclamando por la ley “que regule la actividad tanto en la parte equina como en la parte de los profesionales de la salud y que esté dentro de las prestaciones básicas de las personas con discapacidad”.
Sandra Milanese es la mamá de Maia que tiene 11 años y hace 10 sufrió una parálisis cerebral. Durante aquellos años de internación en La Plata los profesionales de la salud le hablaron de las bondades de la equino terapia y es una de las pacientes locales.
“Agustina Logotetti es muy seria y muy abierta para trabajar. Hoy Maia se sostiene, incorpora el tronco, habla arriba del caballo. Nos ayudó mucho, no sólo a ella sino a toda la familia, a mi me ayudó a conectarme con ella y nos ayudó a unirnos y compartir una actividad. Es maravilloso lo que se logra y los chicos comparten un grupo, de la misma manera que otros chicos tienen su grupo de básquet o rugby”.