El Museo de Pellegrini: pasado y presente

El Museo de Pellegrini: pasado y presente

Por qué una capa de un famoso torero español de la década del ’70 se encuentra en una vitrina de un museo en Pellegrini, distrito de la provincia de B

Por qué una capa de un famoso torero español de la década del ’70 se encuentra en una vitrina de un museo en Pellegrini, distrito de la provincia de Buenos Aires. Más aún hasta se puede leer la firma de Palomo Linares, una leyenda de la arena, célebre por su destreza y espectacularidad en un evento que nada tiene que ver con la idiosincrasia y costumbres de nuestra tierra. Murió en 2017 y la preciada prenda textil, descansa en el distrito vecino y puede ser visitada en el Museo de los Inmigrantes.

Cuenta la historia que el mismísimo torero, en su etapa de mayor esplendor, le regaló esa capa a la vecina pellegrinense María Luisa Gorostidi quien en 1972 viajó a España para participar del certamen “La Maja Internacional de España” un concurso de belleza global y fue elegida como la ganadora entre 22 aspirantes de todo el mundo. Más aún, parte del vestuario que la joven lució esa noche también está en el museo, más todos los premios obtenidos, entre ellos la capa.

El Museo de Pellegrini no es una colección de piezas de indumentaria. Lo antes mencionado sólo sirve como ejemplo para leer el concepto global que pretende transmitir ese lugar: ser el reflejo de la vida de un pueblo, su pasado y presente. Por eso allí hay de todo un poco, pero no como un depósito de antigüedades, dijo Carlos “Pelusa” Hunt, el responsable de la política de cultura del vecino distrito. Para él, el ambiente debe ser una síntesis del pasado  y presente de los pellegrinenses según le cuenta a Oeste BA.

El Museo es nuevo en Pellegrini. La idea de su creación surgió en 2003 por iniciativa de la Comisión de la Sociedad Italiana y recién en 2005 se aprobó la ordenanza que lo crea y autoriza la compra de un inmueble muy caro para los sentimientos de los vecinos, la ex Tienda Casa Galli.

Pasado, presente

Hunt camina por el salón con un manojo de llaves en la mano. Abre la mano izquierda y con los dedos de la derecha las va separando y eligiendo, hasta que encuentra la del portal principal del Museo. Es una delicada pieza de madera de dos hojas, muy rica desde el punto de vista arquitectónico e histórico: le pertenecieron al Banco Provincia.

De regreso a su oficina, que funciona contigua al Museo, Hunt cuenta: El museo surge como una necesidad de un grupo de vecinos que buscan recrear la historia de quienes nos precedieron, esa es la intención creo de todos los museos”.

El lugar “recrea la historia viva de un lugar y este museo se le debe a un grupo que se denominó amigos del museo que le da una entidad de cuidadosa clasificación y admisión de los objetivos”.

Así este museo tiene distintas historias de “las distintas etapas de Pellegrini hasta lo que es hoy”.

Entonces el funcionario enumera “recuerdos de los primeros labradores, algunas piedras y puntas de flechas que fueron halladas en las zonas de Bocayuva y De Bary”. También elementos “afines al FFCC lo que era la conexión entre nuestro lugar y la Capital Federal”. Hay también mucho material de “la parte sanitaria porque tuvimos a un médico, al doctor Guillermo del Soldato que fue un ícono de la medicina, la volanta que está en el museo es en la que él se trasladaba y atendía a la gente que no podía ir al hospital. Esa volanta fue luego de la familia Melón Gil que la donó al museo, es un elemento vital porque refleja un lugar vivo”.

“Después tenemos un poco de historia de las asociación de inmigrantes como llegaron los españoles, italianos y árabes, y del mundo del comercio”.

Se puede ver un destacado lugar para la música. Una extensa colección de obras de Carlos Gardel “están los bustos de dos músicos intuitivos de Pellegrini Fernando Cantareli (esta también su bandeón) y Celestino Viruta Girolé”.

Sobresale en el centro de la sala un automóvil de competición “es de la campaña del gran campeón de las denominadas carreras de catangas como se decía en aquellos años, la maquina de Jesús González” que fue el campeón pellegrinense en categorías regionales.

Futuro

Actualmente “se está haciendo un inventario para no recibir obras que ya están en el museo y empezará otra etapa que es la de incorporar nuevas piezas”.

Para Hunt “los museos no tienen que tener una historia, sino incontable cantidad de ellas. Nosotros buscamos que sea atractivo y tenga importancia, queremos que los chicos que lo visitan se lleven algo de la historia, pero algo que sea vivo. Los museos tienen que tener todas las historias que sean necesarias pero que le sirvan a la comunidad como referencia”.

Además de la función original para la que se creó el Museo, en Pellegrini también realizan mini conciertos de música, para poco público, como un concierto de guitarras.

“Tenemos hasta los moldes originales de una fábrica de mosaicos, es la síntesis del pueblo. Los museos tienen que tener la impronta de que alguien que lo visita lo puede relacionar, no se puede hablar de historias demasiado lejanas porque decrece el interés de quién lo visita. Todo es referencial hoy. Los museos tienen que dejar de ser un depósito de cosas viejas y convertirse en imágenes visuales de una historia”, concluyó.