A los 70 años y retirado ya de la política en términos de ocupar cargos públicos, Alberto Cordero habló con Oeste BA. Fue intendente de Guamini entre
A los 70 años y retirado ya de la política en términos de ocupar cargos públicos, Alberto Cordero habló con Oeste BA. Fue intendente de Guamini entre 1999 y 2013 con la particular de suceder al ex intendente García Mérida a quien denunció ante la justicia por hechos fraudulentos en la administración pública pero nunca se concretó el juicio y 18 años después no se hizo justicia.
Alberto Cordero es ingeniero Civil, está casado con Blanca N. Álvarez (profesora en letras) y es padre de Ezequiel (antropólogo), Octavio (arquitecto) y Santiago (abogado).
-¿Qué está haciendo ahora?
-Estoy jubilado. Presido el Instituto de Formación Ciudadana Arturo U. Illia con actividad en la 6ª Sección electoral. Le dedico tiempo a las tareas de mi quinta y a las actividades camperas colaborando en el Centro Tradicionalista Fortín Patriotas de Casbas y por supuesto disfrutando de poder participar de todos los eventos familiares.
-¿Está definitivamente retirado de la actividad política?
-Sí, para cargos públicos, no obstante sigo militando en la Unión Cívica Radical en mi distrito y en la 6ª sección electoral. Hasta hace dos años fui miembro de la comisión del Comité Provincia de la UCR.
-¿Cómo ve al distrito hoy?
-Con respecto al Distrito de Guaminí, lamento que en estos años de gobierno opositor se haya perdido el buen ritmo que traíamos de ejecución de obras, renovación de maquinarias, atención de caminos rurales, mejoras en hospitales, actividad cultural y deportiva, cuidado del medio ambiente, desarrollo productivo, turismo. Fueron muchas las promesas en el 2011 pero lamentablemente incumplidas.
-¿Y la Provincia y el país?
-Veo a la Gobernadora María Eugenia Vidal remontando con muchísimo esfuerzo una provincia que sufrió 28 años de indolencia gubernamental. Tarea difícil pero deseo que paso a paso se vaya revirtiendo.
Veo al Presidente Macri y su equipo llevando al país por buen rumbo más allá de medidas insatisfactorias y tantísimas y severas turbulencias que se generan cuando hay que abandonar un populismo absolutista con menoscabo de las instituciones republicanas. No es tarea fácil, pero tenemos un país con condiciones naturales increíbles y con gente capacitada para lograrlo. Sólo se necesita tiempo. Está en nosotros alcanzarlo.
Salvando las distancias, lo digo con conocimiento de causa por lo que nos tocó vivir a nosotros cuando asumimos la gestión del Distrito de Guaminí allá por diciembre de 1999.
-A usted le tocó asumir en un momento muy difícil después de una gestión muy cuestionada. ¿Cómo fueron aquellos primeros días?
-Si, fue un tiempo muy complicado por la abultadísima deuda con que recibimos el municipio (casi un presupuesto anual), los proveedores enojados y exigiendo por lo que se les debía, las máquinas viales rotas, los caminos rurales destrozados, los hospitales en pésimas condiciones, el servicio telefónico a punto de cortarse por falta de pago, todas las áreas municipales desordenadas, las cuentas bancarias en rojo (literal), créditos tomados con la Provincia con las cuotas vencidas impagas con el agravante que teníamos que pagar el sueldo vencido de noviembre y en pocos días aguinaldo y no había dinero. Nos entregaron toda la contabilidad mezclada en bolsas de residuos y las primeras notas hubo que hacerlas manuscritas porque no había máquinas de escribir o computadoras en condiciones. Además el ex intendente García Mérida no se presentó al acto de traspaso de mando.
Al hacer la auditoría descubrimos muchos actos contables sospechados de fraude o ilícito que me llevaron a la decisión de iniciar ante la Justicia la causa IPP nº 10.647 / 2.000 ya elevada a juicio por el Ministerio Público Fiscal pero que todavía está recorriendo las interminables escalas de garantismo hacia los acusados. Recorrido que lleva 18 años e impide satisfacer la necesidad de justicia que la mayoría de los habitantes del Distrito de Guaminí se merece.
-¿Cuáles fueron los momentos más difíciles y los más lindos que le tocó en la función pública?
-Los momentos más difíciles fueron esos, los primeros años de gestión por lo que acabo de decir con el agravante de las inundaciones del 2001 y sus consecuencias.
Lo más lindo sentir la satisfacción del deber cumplido al entregar una obra de las muchas que se hicieron o al solucionar algún problema puntual a los vecinos.
-¿Cómo cree que lo recuerdan sus vecinos?
-No puedo saber sus pensamientos. Camino por la calle sintiendo que soy respetado y más aún cuando se acerca alguna elección y propios como ajenos (hablando políticamente) me piden que vuelva a ser candidato.
-¿Imagina una calle con su nombre, una plaza? Qué homenaje le gustaría?
-Lo único que pretendo es que me recuerden como una persona que junto a un gran equipo de trabajo puso lo mejor para sacar adelante y reorganizar todo el Distrito de Guaminí.