Jóvenes profesionales que vuelven a sus pueblos

Jóvenes profesionales que vuelven a sus pueblos

Dios está en todas partes pero atiende sólo en Buenos Aires, o en las ciudades grandes. Esa ha sido a lo largo de la historia una frase popular para s

Dios está en todas partes pero atiende sólo en Buenos Aires, o en las ciudades grandes. Esa ha sido a lo largo de la historia una frase popular para señalar que las grandes oportunidades no ocurren en los pueblos del interior y que si se quiere progresar y desarrollarse hay que mirar hacia las metrópolis.

Sin embargo, hay una tendencia inversa que viene creciendo en los últimos años y que marca el desarrollo de los pueblos del interior donde afloran las oportunidades para los jóvenes profesionales que además prefieren la calidad de vida, los hábitos domésticos menos frenéticos y menos ruidosos que les permiten contar con más tiempo para sus hijos y para actividades personales.

En esta nota vamos a conocer tres historias de jóvenes que volvieron a sus pueblos donde se desarrollan como profesionales. Un geólogo y dos médicos cirujanos.

Juan Cruz Palma tiene 34 años y hace menos de uno que está radicado en Pellegrini, su ciudad. Es geólogo, una profesión no muy habitual en nuestra región. “El geólogo estudia el planeta tierra, su composición su historia, y otras variantes, la salida laboral es generalmente la investigación  y la minería porque en nuestro país hay mucha actividad”, dijo.

Realizó sus primeros pasos en la profesión en La Plata, en el área de investigación de suelos y aguas subterráneas y luego trabajó para el Estado. Pero se cansó de las grandes ciudades y se volvió a Pellegrini “de a poco van surgieron actividades de trabajo, los organismos de control están solicitando distintos informes que hace años no existían y entonces surgen trabajos con municipios y empresas de la zona”. Su intención es radicarse definitivamente en Pellegrini “y formar una familia acá, y tratar de devolverle a la comunidad lo que hizo por mí. En buena hora que se radiquen más profesionales y que es necesario”, sostuvo.

Dos médicos

En América, partido de Rivadavia, vive Cecilia Pérez. Es una médica cirujana de 34 años que siempre tuvo en mente pegar la vuelta para sus pagos. Antes tuvo que rendir el nunca bien recordado curso de ingreso en la Facultad de Medicina de la Universidad de La Plata; una carrera adicional de instrumentista, 6 años de Medicina y 4 de Residencia, pero finalmente llegó el día. En 2016 volvió a América y no lo hizo sola, volvió con su marido y desde hace un año y medio es mamá de Benicio, la felicidad ahora si es completa.

“Siempre tuve en mi mente la posibilidad de regresar. Aquí estoy muy bien, tengo trabajo y me puedo desarrollar. Trabajo en el Hospital y también tengo mi consultorio, aquí me puedo desarrollar y estar más tiempo con mi familia. Puedo disfrutar de mi hijo porque las distancias son cortas entonces estoy cerca de mi casa siempre”.

Destacó además la cordialidad con la que la recibieron en su pueblo los colegas médicos y disfruta de estar en su ciudad “siento que le estoy devolviendo a la comunidad lo que hizo por mi. Me toca atender a veces a personas que fueron mis profesores a vecinos que hicieron mucho en mi formación y a quienes estoy muy agradecida” dice.

Salliqueló

En Salliqueló levanta el teléfono otro médico cirujano. Juan José Hernández. Es también un joven profesional que regresó a su pueblo, con el dato adicional que es el hijo el intendente municipal, Jorge Hernández, y que regresó con su esposa la también salliquelense Juliana Romanó, que también es médica, ginecóloga.

“En Salliqueló ocurre a diferencia de otras ciudades que hay una camada de nuevos médicos que todos decidimos radicarnos en nuestra ciudad. Veo que eso no ocurre en otros lados porque yo presto servicios en distintos distritos y no pasa lo mismo que en Salliqueló” dice Juan José del otro lado del teléfono, luego de culminar con una serie de intervenciones en Casbas, donde fue a operar.

“Mi señora y yo teníamos buenas posibilidades laborales en La Plata, estábamos en lugares que nos resolvían la cuestión laboral pero casi no veíamos a nuestros hijos y eso nos hacía mal. A nosotros nos gusta la vida de pueblo, nos gusta que los chicos puedan andar en bicicleta, que tengan la vida que tuvimos nosotros” señala el médico. Y para eso tiene tiempo, porque es padre de 5 hijos.

“Para nosotros fue una elección que no dudamos, elegir la calidad de vida por sobre cualquier posibilidad de desarrollo económico o profesional pero cuando tenés hijos es una decisión que se hace fácil”. Juan José es padre de Jerónimo, Joaquina, Salvador, Juan Francisco y Clara, la más chica de 1 año.