Para Sebastián Guerrini este proceso tan profundo que nos toca atravesar por la pandemia es transformador y el paisaje que amanezca post Covid será u
Para Sebastián Guerrini este proceso tan profundo que nos toca atravesar por la pandemia es transformador y el paisaje que amanezca post Covid será un “rediseño” en el plano individual, pero también como sociedad y como país.
Guerrini viene de conducir un ciclo que denominó “rediseñarse” que sostuvo varios meses a través de redes sociales y que contó con aportes de personalidades como Agustín Pichot, Federico Storani, Gustavo Grobocopatel, Hugo Alconada Mon, Julio Bárbaro y hasta el propio intendente Fernández entre otras personalidades. Fue una salida a la cuarentena y al nuevo escenario y una manera de sumar aportes desde distintos sectores para volver a pensarnos.
El autor del libro “Los poderes del diseño” y de la versión gráfica del escudo nacional argentino en uso desde 2001 y de la identidad visual del CONICET, del Museo Argentino de Ciencias Naturales y de la Marca Ciudad de Trenque Lauquen, entre otros innumerables trabajos que realizó alrededor del planeta, está ahora en la ciudad cumpliendo con la cuarentena de 14 días.
Siempre mantuvo una relación muy estrecha con Trenque Lauquen, donde vivió hace unos años y lo hace hoy parte de su familia. Cree que la pandemia también le dará enormes oportunidades al interior y a ciudades como las nuestras.
-¿Cómo surgió el ciclo Rediseñarse?
-La primera charla que di me di cuenta que necesitaba una visión más amplia y entonces empecé a invitar a amigos al principio y luego a abrir el juego y hubo una riqueza de enfoques y ángulos para analizar todo lo que nos estaba pasando en la pandemia.
Empecé a buscar distintas facetas, desde lo político, económico, empresarial, la comunicación y todo enfocado acerca de qué tenemos que hacer para cambiar en un contexto como el actual que es bastante complejo porque nadie está preparado para esto, en lo personal me lo tomé como un aprendizaje y fue muy interesante porque todos aportaron su enfoque pero hubo denominadores comunes.
-¿Cuáles son esos denominadores comunes?
-Las conclusiones fueron tres: las identidades son procesos y nada está escrito en piedra, si vos crees que tu identidad está predeterminada y no podés hacer nada porque naciste así estás equivocado. Para rediseñarte tenés que entender que la identidad es un proceso y vos sos constructor de ese proceso.
En segundo lugar el rediseño es un acto de apertura y tercero es que la solución es colectiva, nadie planteó una solución individual, cada uno lo enfocó desde su lugar. Todos plantearon ideas para poder cambiar la situación que estamos hoy.
-Sí está claro que es preciso rediseñarse entonces, no podemos continuar de la misma manera como si la pandemia hubiera sido sólo un capítulo.
-Hay dos niveles de situación que comencé a observar. Esto nos dimos cuenta que se iba a llevar puesto a muchos empleos, entonces o te rediseñas para estar mejor o lo haces porque no te queda otra, entonces lo que yo vi en este escenario cuando arranqué el ciclo es no hay otra opción de ir para adelante y construir un futro.
A mí la cuarentena me hizo muy bien en lo profesional, no desde lo humano porque no podes ver tus afectos, pero en el plano profesional me abrió nuevas oportunidades y generé actividades que de otro modo no habría hecho y en este proceso encontrarse con uno mismo y eso es necesario para todos y poder salir de los escenarios antes de la pandemia. Hay que recordar que antes de la pandemia no estaba bien Argentina y todos teníamos cosas que no nos cerraban.
-Hablemos de política ¿cómo afectará la pandemia la relación con los liderazgos políticos?
-Hay una búsqueda de cosas reales que antes eran más de forma, hay cosas que van a cambiar el escenario político. Hay cosas reales como la vacuna o la economía que para un sector muy amplio será esencial y hay otro sector que está más vinculado con valores como la justicia y la República; con la forma digamos, de la vida en sociedad y todo eso está generando como un gran remolino que va a construir un antes y un después.
Los liderazgos que aparecerán creo después de abril serán distintos, no me imagino a Cristina o Macri como protagonistas de la política que viene, me parece que se viene una etapa de transición que generará profundos cambios, pero primero debe verse una solución tangible a la pandemia. Fue tan fuerte esto que liderazgos simbólicos como los de héroes deportivos, espirituales, religiosos que en este presente su peso específico decayó. no me imagino sean tan significativos ante demandas tan reales como las que se avecinan.
-Estás hablando de un proceso transformador.
-Si, es como la cigarra que sale de la tierra, ahora cuando nosotros salgamos vamos a descubrir otro tipo de cuestiones. Habrá un sector social que verá otras opciones, que la vida no sólo pasa por lo laboral, económico, material, político, sino que la vida puede pasar por otro lado, es decir estuviste 9 meses sin ver el sol cuando lo ves podés cambiar el foco.
Estoy pensando en hábitos de alimentación, el cuidado de uno mismo, las relaciones con el otro, bajar un poco los decibeles. Gente que aprendió a vivir con menos y otros con prioridades básicas absolutas. Cuando haya un escenario con más potencialidades los que agitan la bandera de grieta van a quedar descolocados porque la gente buscará un estilo de vida más luminoso. Obviamente habrá un 25% que son los que agitan de uno y otro 25% del otro lado, pero me refiero a las necesidades de ese 50% restante.
-¿Lo estás pensando también para el país en su conjunto?
– Argentina tocó fondo desde todo punto de vida, no queda más que mirar para adelante, la situación que hemos visto en el último tiempo rompió la estructura mental de la gente, son cosas que cuestionan muchas cosas y que nos llevan a pensar qué vamos a hacer como sociedad cuando pase la pandemia. Hay una opción colectiva de rediseñarnos y pensar en qué cosas estamos de acuerdo y cambiar porque lo que veníamos haciendo tocó fondo. Por ejemplo, soltar presos,o tomar tierras dispararon miedos en un sector de la sociedad, pero esa sensación de caos que despertó no ayudó políticamente a nada relevante. Mi visión es que el que interprete ese espacio concreto de posibilidades alejado de los extremos, y aquel que brinde soluciones a problemas concretos de tierra, alimento, seguridad, ingresos o salud (como fue el caso de Quirós en la salud de la Ciudad de Buenos Aires), quedará posicionado para lo que viene. La gente busca hoy soluciones reales a sus necesidades y menos construcciones discursivas.
Veo un centro de negociación más amplio con personas como el Presidente o el Jefe de Gobierno Porteño menos agresivos y más prácticos, hoy las encuestas marcan que los extremos son minoritarios, se visibilizan en una movilización pero en realidad son minorías, porque el grupo grande va dirigido a construir el proceso más colectivo. No creo que la gente después de estar 9 meses guardada cuando salga quiera perder tiempo en zonceras.
-¿En este marco cómo ves a Trenque Lauquen y las oportunidades para el interior?
-Hoy el interior tiene más oportunidades. Ciudades como Trenque Lauquen tienen muchas oportunidades en un escenario nuevo, porque tienen aquí comparatívamente alimentación saludable y otras variables a su favor.
Hoy el mercado electrónico empodera a personas que antes no tenían esa posibilidad, ese es hoy el consumo masivo. Las oportunidades están lo que hay abrir es un poco la cabeza de cada uno, pero las ciudades del interior hoy tienen más oportunidades desde aquí de vender a todos lados, porque cambió el comercio y la producción.
Además la cuarentena demostró que en una ciudad grande estábamos encerrados en un departamento muy distinto a lo que se vive aquí, eso hoy vale y la gente lo valora. Hoy el movimiento inmobiliario está relacionado con las afueras de las ciudades, por las dudas la gente se va a otro lugar por si viene otra enfermedad u otra situación similar a la que estamos atravesando.